El museo del hojaldre y otros planes turísticos avanzan hacia su ejecución

Algunos de los planes más ambiciosos para hacer de Torrelavega un destino de referencia en Cantabria ya están un poco más cerca que ayer. La Comisión de Hacienda del Ayuntamiento ha aprobado el convenio de colaboración con el Gobierno de Cantabria para ejecutar el Plan de Sostenibilidad Turística, una iniciativa valorada en 4 millones de euros y llamada a financiar, entre otras metas, la construcción de un museo del hojaldre por medio millón de euros, un circuito competitivo de 'mountain bike' de 300.000, la señalización digital en las calles y, en definitiva, una ciudad más volcada que nunca en la movilidad sostenible, las infraestructuras verdes o el patrimonio natural y arquitectónico, entre otros pilares.

El dinero para costear esa gesta turística, apodada bajo el nombre '#Torrelavega 4.0 hacia el 035' y orientada a desestacionalizar las visitas y beneficiar a todos los sectores, viene a poner de relieve uno de los objetivos fijos de esta Corporación desde que asumió el poder en 2019: atraer visitantes a la capital del Besaya.

No de cualquier manera, eso sí: el Ayuntamiento quiere «diseñar un modelo de negocio que garantice el conocimiento de la esencia del municipio, de manera accesible y atractiva para todos los públicos», como avanzó ayer el concejal de Hacienda, Pedro Pérez Noriega, el responsable político encargado de aprobar este acuerdo con la Consejería de Turismo, institución intermediaria entre el Gobierno de España y los municipios que, como Torrelavega, han captado este dinero procedente de los fondos de Recuperación, Transformación y Resiliencia. A partir de ahora, la única condición que ha de cumplir el Consistorio es la de invertir ese dinero y traducirlo a obras sin dormirse en los laureles. Eso es importante: los proyectos deberán estar ejecutados antes del final del segundo trimestre de 2026.

Dentro de la lista de planes que el Consistorio tiene entre manos para agitar las visitas en el municipio, uno de los más ilusionantes dentro del seno del gobierno es, sin duda, el museo del hojaldre. Este espacio, afincado en el edificio municipal de la plaza Baldomero Iglesias -hoy pendiente de rehabilitación-, está llamado a captar la mirada y el olfato de torrelaveguenses, turistas, pasteleros y también de las futuras hornadas de la industria por excelencia en la ciudad. El Consistorio quiere formar aquí a los mejores confiteros de Cantabria, un deseo en el que está dispuesto a invertir cerca de un millón de euros.

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