
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Desde que declaró la zona como Área Natural de Especial Interés (ANEI), en 2016 -primer caso en Cantabria-, la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno ... de Cantabria lleva enfrascada en la definición de un reglamento adecuado para regular los usos y las actividades del parque de La Viesca. El tiempo transcurrido hasta hoy revela la complejidad del proceso y el empeño del Ejecutivo regional para hacer del código un instrumento de gestión realmente eficaz y, sobre todo, capaz de blindar el entorno natural de cara a las próximas décadas. En eso consiste el largo camino que viene recorriendo la Administración en estos últimos años, desde que los técnicos afrontan la fase ambiental hasta que ultiman todos los detalles de carácter legal. Y por suerte para todos los vecinos, colectivos naturalistas y la sociedad en general, el trayecto está ya mucho más cerca de lo segundo que de lo primero.
Es más, los preceptos llamados a custodiar La Viesca se encuentran ya bajo la lupa de los servicios jurídicos del Gobierno de Cantabria, el último filtro realmente técnico que pasará el documento antes de publicarse con las máximas garantías en el primer cuatrimestre del año, como tarde. Esa es la intención que persigue este paraguas normativo, entendido prácticamente como un compromiso de legislatura ante los municipios de Torrelavega y Cartes.
La idea es que ese documento haya llegado a esta fase lo bastante pulido como para que ese propósito no caiga en saco rato. Todo depende de las correcciones a las que se vea sometido el código en las próximas semanas. Si aún está muy verde, los técnicos lo devolverán al Gobierno para que subsane esas deficiencias, alargando los plazos hacia su posterior Memoria de Evaluación Ambiental Estratégica, aprobación en Consejo de Gobierno y, en consecuencia, agravando el hastío de una sociedad que viene esperando la concreción de estas reglas desde hace años.
Pase lo que pase, hay una máxima que la Consejería y la Dirección General de Biodiversidad y Medio Ambiente insisten en recalcar: el territorio de La Viesca pasó a estar protegido por la ley desde el momento en que fue declarado ANEI en 2016. A partir de entonces, la Administración emprendió un camino largo, complejo y tedioso hacia la definición de ese reglamento, llamado a poner negro sobre blanco en todo lo que tiene que ver con las prácticas que harán los vecinos de este entorno privilegiado. El director general del área, Antonio Lucio, fue muy claro al respecto a inicios de año: «El hecho de que las normas aún no estén aprobadas no significa que el área cuente con un menor nivel de protección, porque la finalidad de las mismas es regular el régimen de usos y actividades del espacio natural, no incrementar ni disminuir su régimen de protección».
Eso no ha evitado que los vecinos directamente afectados por la cuenta atrás -los de Torrelavega y Cartes- hayan protestado y convocado concentraciones para exigir más celeridad en el proceso. Al contrario que el Ejecutivo regional, los manifestantes asocian la «supervivencia» del entorno a la definición de este reglamento. «Acción, trabajo y compromiso», sintetizaba el naturalista Jesús García en una protesta organizada en enero, a la que asistieron cerca de 200 personas y que, de hecho, convocó el propio equipo de gobierno de Cartes.
Basta escaparse una hora a la margen izquierda del Besaya para comprobar no sólo la función de este entorno como pulmón verde de la comarca sino su arraigo para la población de ambos municipios. Fueron sus vecinos los que, tras décadas de lucha vecinal de diferentes grupos y asociaciones, lograron concienciar y acelerar los mecanismos de la Administración para repensar lo que un día fue un entorno minero en uno de los espacios más disfrutables de toda Cantabria.
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