Nueva Ciudad pide más seguridad ante las continuas amenazas de un hombre

«Este siempre ha sido un barrio muy seguro y por una persona que ni siquiera vive aquí estamos cerrando los negocios y vivimos con miedo», explicaba ayer uno de los comerciantes de la zona afectado por el problema. Lo hacía tras una reunión espontánea de más de medio centenar de vecinos en la plaza Mauro Muriedas, donde el hombre, con antecedentes penales, había protagonizado el último episodio violento con un familiar ante la mirada de todos ellos.

Previamente, la asociación de comerciantes había pedido una reunión de urgencia a la Policía para reclamar más medidas de seguridad ante «la impunidad» con la que parece actuar este individuo. «Hemos puesto muchas denuncias y nada de nada, viene la policía y él se encara con ellos, les insulta y ya está, no pasa nada, no le hacen nada ni se lo llevan», lamentaban muchos de ellos.

El pasado domingo varios de los vecinos que ayer se concentraban alarmados por el último altercado habían sido también testigos de como este hombre se apostaba cerca de uno de los negocios con lo que parecía ser un arma blanca en la mano. Ese día la policía «sí se lo llevó» pero al día siguiente volvían a repetirse las mismas escenas.

Algunos señalaban –como ejemplo de sus denuncias– al último local hostelero que ha echado el cierre en la zona y que, según explican, ha sido objeto de la violencia gratuita de este individuo que «campa a sus anchas» por el barrio. En su escaparate, junto al cartel de «se traspasa por enfermedad» se podían ver restos de una salsa roja «simulando sangre» mientras que los cierres también habían sido forzados.

Según argumentan el problema es ampliamente «conocido» por parte de las autoridades locales y policiales pero nadie parece aportarles solución alguna que resuelva su miedo a encontrarse con esta persona en la calle. «Si no se toma una solución se va a cobrar una vida, porque no tiene nada que perder», insistían preocupados.

Dos jóvenes que pasaban por allí añadían cómo, meses atrás, se había metido con ellos aunque pudieron defenderse. «Pegó un puñetazo a un amigo sin venir a cuenta». «Viene, se sube el pantalón y te enseña un cuchillo, unas tijeras o un punzón... las amenazas de muerte son continuas», explica otro hombre que se mete en la conversación.

En el parque, un grupo de mujeres mayores corroboraban el problema de convivencia generado. «Estamos viviendo con mucho miedo ¿qué esperan, a qué haya una desgracia?», interrogaban. «Tenemos follón diario y hay una inseguridad terrible desde que ha vuelto», insistían. El hombre, según dicen, es un «expresididario» que no reside en la zona, pero sí un familiar directo «que también le tiene miedo», afirman. Ellas ya no bajan con sus nietos o amigas a la plaza.

Algunos comerciantes también ha adoptado sus propias medidas de precaución, activando un grupo de whatsapp en el que se avisan unos a otros de su presencia y repeler sus amenazas o acciones.

Por todo ello vecinos y comerciantes acordaban ayer tarde, en una improvisada asamblea en la calle, iniciar una acción de protesta para reclamar medidas policiales y de vigilancia contra la «impunidad» con la que actúa esta persona que ha conseguido alterar su buena convivencia. Por ello, desde la propia Asociación de Comerciantes de Nueva Ciudad se realizaba ayer un llamamiento a una concentración pacífica en la misma plaza Mauro Muriedas con la que visibilizar el problema que padecen.