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El Hogar del Transeúnte de Torrelavega ha reabierto sus puertas como un centro moderno y adaptado a las necesidades actuales. Gracias a fondos europeos, este ... centro ha sucedido al antiguo albergue gestionado durante más de cuarenta años por una entidad religiosa, proporcionando un espacio digno para las personas sin hogar. Desde su apertura hace 52 días, el centro ha atendido a 71 personas, más de la mitad españolas, consolidándose como un recurso esencial en la lucha contra el sinhogarismo en la región.
Este viernes se ha realizado la visita oficial a las instalaciones, guiada por la directora del centro, Mari Paz Allende y por el gerente de Nueva Vida, Julio David García. El recorrido comenzó en el sótano, donde se encuentra el aula de talleres. «Aquí realizamos actividades todos los días y están abiertas a todas las personas», explica la directora. También en la parte más baja se encuentra la lavandería, equipada con tres lavadoras y tres secadoras. «Cada usuario tiene asignado un día para lavar su ropa, aunque en casos de urgencia se permite el uso inmediato», añade. Además, hay dos baños, uno de uso común y otro adaptado.
Subiendo a la primera planta, el recorrido llega hasta el comedor, donde se sirven tres comidas diarias en horarios establecidos: desayuno a las 8.00, comida a las 14.00 y cena a las 20.30 horas. Junto a este espacio hay dos habitaciones destinadas únicamente a mujeres. Una compartida y otra que se mantiene vacía para casos de emergencia. «A veces la policía nos trae a personas en situación de vulnerabilidad en plena madrugada. Ya hemos atendido a tres mujeres en estas circunstancias», señala Allende. En esta planta también se ubica el despacho del equipo de trabajo social y el mochilero, un espacio donde los residentes guardan sus pertenencias, permitiéndoles subir a las habitaciones solo lo imprescindible, como una muda y un neceser. «Esto facilita la convivencia y mantiene la higiene en las habitaciones», aclara. Al fondo se encuentra el salón, un área de socialización con televisión donde los usuarios pasan parte de su tiempo libre. «Es importante que tengan espacios donde puedan sentirse cómodos y desconectar».
En el segundo piso, la parte superior, se albergan el resto de habitaciones y un baño de uso compartido. En total son catorce dormitorios; seis individuales, cuatro cuádruples y otras cuatro dobles.
Uno de los objetivos clave del centro es fomentar la autonomía de los usuarios. «Nosotros trabajamos con rutinas y listas organizativas para que cada persona sepa qué tiene que hacer. Se trata de que aprendan a ser autosuficientes», indican. Las tareas incluyen desde la limpieza de baños y habitaciones hasta la preparación de las mesas. «Ellos se organizan en parejas para realizar muchas de estas actividades, lo que también fomenta el trabajo en equipo», añade.
El equipo de profesionales del centro está compuesto por una directora, un educador social, un trabajador social, un integrador social, una psicóloga y dos auxiliares nocturnos. Durante los fines de semana, dos integradores adicionales refuerzan la atención. Además, Nueva Vida, la entidad gestora, ofrece servicios complementarios como asesoramiento jurídico, orientación laboral y clases de castellano para personas migrantes.
El Hogar del Transeúnte funciona con dos modalidades de estancia; la corta, que incluye alojamiento de siete noches con una carencia de dos meses antes de poder volver a solicitar el servicio, y la media, destinada a personas en proceso de reinserción, quienes reciben apoyo en la búsqueda de vivienda y empleo. Este programa incluye acompañamiento a citas médicas, bancarias y otras gestiones necesarias para su autonomía.
El centro también ofrece servicios a personas derivadas por Servicios Sociales que no pernoctan en él, permitiendo el acceso a duchas, lavandería y comedor. «Es el único centro en la región que brinda este servicio», destaca Julio David García, gerente de Nueva Vida. Y añade más. «El reto ahora es enriquecer el programa con más actividades y voluntariado local. Queremos que personas de Torrelavega se impliquen, que vengan a colaborar como voluntarios. También queremos mejorar algunos aspectos materiales, como la instalación de estores para mayor privacidad».
El alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, destacó la importancia de este recurso y su potencial para cambiar vidas. «Es un centro moderno, trabajado por profesionales y adaptado a todas las terapias actuales para luchar contra el sinhogarismo. Estoy seguro de que será un éxito», afirmó.
Por su parte, el concejal de Servicios Sociales, Alberto Rubio, recordó la labor de las hermanas que gestionaron el antiguo albergue durante más de cuarenta años y subrayó que este nuevo centro representa «un paso firme en la lucha contra la exclusión social en la ciudad».
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