El nuevo conservatorio de Torrelavega afianza su futuro y se construirá desde «finales del año que viene» por 20 millones

El conservatorio de música y danza es, de largo, uno de los proyectos más ambiciosos que se han asomado a la agenda de Torrelavega en los últimos años. No sólo sus 20 millones de euros de presupuesto sino la necesidad de ofrecer un espacio digno a la escena artística de la comarca ponderan la importancia de este revulsivo cultural, para el que el Ayuntamiento viene reservando 11.500 metros cuadrados en El Valle –entre Sierrapando y Tanos, en pleno Bulevar Ronda– en los últimos años. Las intenciones del equipo de gobierno (PRC-PSOE) sobre esos terrenos contaban con el apoyo de la Administración Revilla; este viernes, el Ejecutivo de Buruaga y su Consejería de Educación recogieron ese testigo para apuntalar los planes fijados y poner fechas más concretas. El alcalde, Javier López Estrada, tiene las suyas: redacción del proyecto, en 2024; inicio de las obras, «a finales de ese año». Todo por 20 millones con cargo al Gobierno regional.

Esa es, junto la mano tendida de Sergio Silva, el consejero de Educación, una de las gran noticia que arroja la reunión que ambos líderes han mantenido en la sede autonómica de su departamento –en Santander–. En ella, el Gobierno dice haber avanzado en el proyecto constructivo, una hoja de ruta cuya redacción ya fue adjudicada el año pasado por 607.124 euros.

Tras esas paredes, el proyecto millonario del conservatorio promete traducirse en un espacio pionero capaz de dar alas a los coros, orquestas y talentos de Cantabria. Su auditorio de 500 butacas, el escenario de 200 metros cuadrados, sus cincuenta aulas o su Escuela de Arte –de 3.500 metros cuadrados–, entre otras dotaciones, dan prueba de esta apuesta de la Administración, una manera de dar respuesta a una demanda histórica en la capital del Besaya. Cabe destacar que el cumplimiento de estas promesas supone un punto de inflexión para el Conservatorio de Música, en Campuzano, la Escuela de Arte 'Roberto Orallo', en Puente San Miguel, y, sobre todo, una escena de baile que, si no fuera por este proyecto, seguirían huérfanas en Cantabria.

Seguirían sin techo y, es más, no tendrían tanta esperanza de tenerlo si no fuera porque, en marzo, el Tribunal Superior de Justicia emitió un fallo clave para el futuro del proyecto –y la construcción de cientos de viviendas–. El litigio que, durante dos décadas, ha mantenido el Consistorio con algunas constructoras involucradas en el desarrollo de esta zona puso la seguridad jurídica del plan en entredicho.

Fueron dos décadas de contienda en los tribunales, pero, en marzo, el TSJ aceptó el enésimo recurso del Consistorio y disipó el horizonte urbanístico de la zona por primera vez en ese tiempo. Gracias a este precedente, Sergio Silva, a diferencia de su antecesora en el cargo, Marina Lombó, ya no tiene que preocuparse de la letra pequeña en la cesión de los terrenos ni del fondo judicial de las fincas.

Ni esta zona fronteriza entre Sierrapando y Tanos ni tampoco en Viérnoles. Aquí, la Consejería proyecta otro proyecto muy importante para la oferta educativa de Cantabria: el Centro Integrado de Formación Profesional de Energías Renovables de Torrelavega. Este también aporta a esa «trascendencia presupuestaria» que mencionaba el alcalde este viernes en la reunión. Costará cerca de 7 millones y, lo más importante, enriquecerá esa oferta «escasa» que, en palabras de Silva, lastra las inquietudes formativas de Cantabria en materia de medio ambiente.

El jefe de Educación no ha hecho ese análisis por cualquier cosa. La Consejería ha avanzado sus planes de incluir este proyecto dentro del 'Plan Regional de Formación Profesional 2024-2027', procediendo, aseguró el consejero, a «un estudio de las familias profesionales más idóneas y adecuar la oferta educativa a las necesidades del plan regional». Objetivo: ofertar competencias de acuerdo «con sentido para la empleabilidad» de Cantabria.

Para conseguir ese y todos los objetivos acordados en la reunión, tanto López Estrada como Silva han acordado «trabajar de la mano». Esa predisposición atañe también al convenio de colaboración que une al Consistorio y la Consejería. Ayer, sus líderes abordaron el modelo de gestión de la enseñanza de primer ciclo de Infantil, el de las aulas de dos años. Esa etapa educativa será una prioridad de «primer orden» para la Consejería en este mandato. Para ello, Silva apela a la colaboración de todos los municipios.

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