La obra del centro cívico de Sierrapando se reanudará este mes tras años de retrasos

Sus profesores, familias y alumnos vienen siendo testigos directos de toda la cadena de despropósitos. Han pasado dos años desde que su antecesor, José Manuel Cruz Viadero, garantizó que el desarrollo de las labores no afectaría a la calidad de la docencia; y uno, desde que, a la vista de la presencia eterna de andamios, este empezó a pedir disculpas.

Hoy, Urraca se ve obligado a adoptar ese papel. Y según garantiza, la obra pendiente se desarrollará únicamente en el interior del centro, estando «independizada del colegio y perfectamente delimitada para que no interfiera». Si la actuación empieza realmente este mes, los alumnos no deberían sufrir esas molestias más de dos meses.

Entre tanto, la obra sigue parada, aunque con la empresa ya presente en el terreno. Los operarios ultiman la colocación del andamiaje y los materiales necesarios para terminar un centro cívico que, tras ser prometido en tiempos de Ildefonso Calderón y después de años de concursos desiertos, olvidos y plazos incumplidos, ha pasado de ser una ilusión a un motor de desafección para muchos residentes.

Porque Sierrapando viene expresando la demanda de un centro cívico desde hace años, mucho antes de que figurara en la agenda política. Ese día llegó el 13 de noviembre de 2013 y en palabras de Ildefonso Calderón. «Será de gran utilidad para los mayores, los jóvenes y también se convertirá en la futura sede de organización de eventos colectivos y acogerá actividades de formación y entretenimiento». El dinero, 164.509 euros; la intención, licitarlo en 2014. Pero la moción de censura acabó con el mandato del PP y también con esos planes. Nadie -salvo los populares- volvió a sacar el tema hasta la carrera electoral de 2015, apareciendo entre las promesas de Cruz Viadero y Javier López Estrada. Fueron estos dos responsables los que, de la mano, como alcalde y primer teniente, respectivamente, tratarían de ejecutarlo de una vez por todas.

La remodelación de la Casa de los Maestros se licitó por primera vez y por 300.000 euros a mediados de la legislatura, en 2017 y gracias a la propuesta de la Asamblea Ciudadana Por Torrelavega de incluir el plan en el presupuesto. El gafe empezaba: ninguna empresa aceptó aquel encargo. Con el proceso desierto, todas esas intenciones quedaron enterradas el resto del mandato.

La prueba es que el Consistorio, ya con Viadero en Obras, no adjudicó el contrato hasta octubre de 2020. Las tareas iban a empezar en mayo de 2021 con vistas a terminar en noviembre, pero otra sucesión de retrasos y disparates lo impidió: primero fueron las carencias del proyecto y, después, las prórrogas de una firma que decía necesitar más margen. Llegó el 2022 y, con este, la paralización de las labores, finalmente abandonadas por una empresa que, literalmente, se dio a la fuga el 24 de noviembre. «Nunca vi nada igual», reconoció aquel día Viadero.