La obra de la pasarela de Torrelavega sobre el río contará con una segunda fase de 200.000 euros

Se trata de una zona en la que hay que salvar un desnivel hasta donde llega uno de los extremos de pasarela peatonal por debajo de la autovía. Unos terrenos que el Ayuntamiento quiere acondicionar para hacer más cómodo el tránsito de los usuarios de la pasarela tanto viandantes como ciclistas.

Las obras de construcción de la pasarela sobre el río –una de las mayores inversiones de esta legislatura con un presupuesto que supera el millón de euros– finalizarán en un plazo aproximado de un mes y medio. Los trabajos de esta infraestructura que permitirá unir ambos márgenes del río Saja-Besaya han entrado en su última fase con la colocación de las grandes vigas de hormigón sobre las pilastras de ambos lados del puente.

Se trata de la operación más compleja, además de la colocación de la estructura metálica en el centro de la pasarela –la que va sobre el cauce del río–, debido al gran tamaño de estas cuatro vigas, que cada una pesa más de 100 toneladas. El redactor del proyecto, el ingeniero de Caminos Ángel Chamizo, explica que para llevar a cabo estos trabajos se ha tenido que contar con la ayuda de una grúa para levantar el gran bloque de hormigón y situarlo en el extremo de la orilla de Ganzo. Hace unos días se repitió la maniobra con la colocación de las vigas del lado próximo a Torrelavega, en la zona de La Lechera. Una operación más complicada porque debido a las características del terreno hay que hacerlo con la ayuda de otra grúa auxiliar.

140metros es la longitud de la pasarela que unirá ambas orillas del río.

4metros de anchura tiene la estructura para el uso de viandantes y ciclistas.

Los responsables del proyecto se muestran satisfechos con el ritmo de las obras ya que «una vez se hayan colocado estas grandes piezas, tanto las vigas de los lados como la estructura metálica que va en el centro de la pasarela, los trabajos van a ir mucho más rápido, lo que significa que de aquí a mediados de abril tengamos acabadas las obras». En su opinión, la colocación de la estructura metálica, construida en un taller de Torrelavega, es la parte «más compleja» de la obra, debido a que hay que levantar el conglomerado a muchos metros del suelo. Unos trabajos que se esperas se puedan llevar a cabo en los próximos días, con lo que el resto ya serían labores de remate y detalles.

Las obras de construcción de la pasarela peatonal sobre el río, que iban a comenzar durante los meses de invierno de 2018, tras salvar varios problemas que retrasaron su inicio, arrancaron el pasado mes de mayo. Operarios de la empresa cántabra Copsesa, contratada por el Ayuntamiento de Torrelavega, llevan a cabo estos trabajos de construcción de la pasarela peatonal sobre el corredor Saja-Besaya.

Este puente está diseñado exclusivamente para el uso de bicicletas y peatones, se instala en el Bulevar Ronda a la altura de la empresa Armando Álvarez, tiene una longitud de 140 metros y una anchura de 4 metros, y se financia dentro del programa europeo Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible (Edusi), de los fondos Feder.

El ingeniero redactor del proyecto reconoce que la obra es un proyecto «muy importante para Torrelavega» porque «unirá la ciudad con la zona deportiva próxima a Sniace y el carril bici que llega hasta Suances». Además, con estas obras se materializa el un proyecto en el que la Corporación municipal viene trabajando desde hace varios años. La pasarela va a servir para conectar a los torrelaveguenses con la emblemática obra del carril bici que une la ciudad con todos los municipios bañados por los ríos Saja y Besaya, lo que ayudará a «transformar el día a día» y el ocio de muchas personas, ya que se ubica junto a las instalaciones deportivas del complejo Óscar Freire. Asimismo, la infraestructura abrirá más posibilidades de conectar la ribera de ambos ríos con la capital del Besaya.

La pasarela va a permitir una conexión «muy directa» del centro de Torrelavega con la vía verde del corredor Saja-Besaya, y va a aportar «mucha seguridad» a la salida de los ciclistas, que en la actualidad se realiza por debajo de la autovía en una zona en la que hay dos grandes rotondas y en la que las condiciones de seguridad vial no son las más adecuadas tanto para ciclistas como peatones.

El diseño elegido para la infraestructura es «sencillo», combinando el hormigón con una estructura metálica, y lo que se pretende sobre todo es que el conjunto se integre de «forma armónica» con el entorno.