Obras se encomienda al buen tiempo para acabar la reforma de Julián Ceballos en 2023

Y no sólo la lluvia podría condicionar los planes de la Concejalía de Obras. Todo depende de lo que los operarios se encuentren en este nuevo tramo y más concretamente en un blandón que se sitúa a la altura del paso de peatones de Pequeñeces -el situado más al Este, arriba-. Porque, precipitaciones al margen, el alcance de estas deformaciones en este punto concreto del firme conforman otro de los interrogantes clave que podría frustrar el avance de las tareas en estos últimos dos meses del año. El Ayuntamiento confía en que ni el agua de las nubes ni las del subsuelo lo impidan y que, de hecho, el tercer y último sector en el que está dividida la actuación sea el más sencillo y rápido de todos.

Esa es una premisa bastante asumida dentro del Consistorio, que ya ha avanzado su previsión de alargar las labores en este trecho durante no más de tres meses, manteniendo así la calle cortada hasta enero, a más tardar. El responsable de Obras es optimista respecto. Cabe recordar que, desde que empezaron las obras y contra lo dicho en un plazo de ejecución completamente optimista, los operarios vienen avanzado a un ritmo aproximado de unos cinco meses por tramo.

Entre tanto, los cerca de 180 metros que separan las confluencias de Julián Ceballos con Augusto G. Linares y Ruiz Tagle, uno de los sectores más transitados de la ciudad, seguirán cortados al tráfico. Con excepciones, eso sí: se permitirá la entrada de coches para dar servicio a los vados existentes, a la parada de taxi o el acceso de funcionarios -como los de recogida de residuos-.

Quedan, mínimo, esos tres meses para ver el resultado de uno de los proyectos más polémicos de los últimos meses. El aspecto que permite intuir la vía en los sectores anteriores viene desatando el malestar de vecinos y grupos políticos. Se ha hablado del uso excesivo de cemento, ausencia de arbolado, olores... Hasta el propio Urraca hubiera hecho cambios, como ya opinó como candidato en campaña electoral.

El replanteamiento quedó descartado hace meses, desde que el Ayuntamiento percibió 1 millón de euros de fondos europeos y supeditó su captación a este -y no otro- proyecto. Pero, contra el criterio de algunos vecinos -organizados en una plataforma- y hasta el edil de Obras, no habrá cambios en Julián Ceballos.

Urraca no es el único con responsabilidad en las tareas y que, aún con las manos atadas, haría cambios. La líder de Torrelavega Sí y presidenta de Aguas Torrelavega, Blanca Rosa Gómez Morante, asegura haber intentado convencer al edil de esa necesidad. «El proyecto se ha mimado muy poco», lamenta. Preguntada por la aparición de partículas de fibrocemento -cuestión planteada por el PP-, Gómez Morante transmite «tranquilidad» a los vecinos: «No habrá problemas».