La oposición en Torrelavega exige visitar el Palacio para comprobar su estado y debatir su futuro

Y la oposición no es una excepción. Además quiere abordar el debate del Palacio lo antes posible. El primer paso es saber cómo está, «conocer su estado tras el abandono de tantos años y comprobar el desgaste que ha sufrido», como incide el líder de la oposición, Miguel Ángel Vargas (PP). «Hay que entrar y verlo por dentro; cuanto antes lo hagamos, antes podremos abordar el debate», apela Roberto García Corona (Vox); «además de la visita, tiene que haber una Junta de Portavoces para decidir qué proyecto queremos desarrollar», acompaña Blanca Rosa Gómez Morante (Torrelavega Sí); «no tenemos ninguna información sobre su estado y la queremos», agrega Borja Peláez (IU-Podemos).

Nadie, salvo que participara en su desalojo, la custodia de bienes o el afianzamiento, ha pisado el interior en siete años. El Palacio acogió su último Pleno el 2 de noviembre de 2017; desde entonces, la rutina que ha cobijado se ha centrado en que no caiga. Hace un año se dio por conseguido. ¿Y qué pasó luego? Nada, salvo la colocación de una bandera de España gigante en la fachada, para la jura de bandera del 14 de octubre, y la consignación simbólica de 10.000 euros en el Presupuesto para su rehabilitación, de 10 millones mínimo.

Mientras, los socios dicen estudiar el uso de la antigua Casona de Demetrio Herrero, comprada en 1925 con 250.000 pesetas de las arcas locales. Dieron pistas hace dos semanas, a preguntas de El Diario: garantizan su papel como Consistorio en lo que se refiere a su faceta noble (Plenos, ceremonias, pregones...), aunque descartan su rutina puramente administrativa, relegada al edificio de La Llama, entre otros.

Y esa idea no convence a la mayoría de la oposición. «Debe seguir siendo administrativo», fija Miguel Ángel Vargas, uno de los muchos ediles al que la dispersión de sedes le parece una mala idea. Para el líder popular, la 'lluvia de ideas' no basta; de hecho, dice que el «único estudio admisible» es «poner en marcha la rehabilitación y su financiación», abriendo la puerta incluso a adquirir los edificios colindantes.

Lo de prescindir del uso administrativo también le parece «un error» a Gómez Morante. «Debe ser administrativo, noble y abierto», apunta la exalcaldesa, crítica con el ofrecimiento «ridículo» del edificio a Paradores en 2021 y no sin recordar sus advertencias sobre el impacto de las vibraciones en el Palacio. Esa afectación (grietas, movimiento de rocas en la balconada...) quedó registrada por la Fundación Leonardo Torres Quevedo (UC), encargada del control de la obra.

En IU-Podemos, la dispersión de oficinas tampoco gusta. «La Administración debe volver al Palacio, que tiene que ser un referente», opina Peláez. De haber una opinión distinta y no tan inamovible sobre el tema esa es la de Vox. García Corona: «Tiene que ser algo más que administrativo, una referencia regional».

El futuro del Palacio es un tema de ciudad y del que los vecinos hablan. En la calle y en las redes. Hasta el exconcejal de Urbanismo José Otto Oyarbide se ha pronunciado estos días: «Un uso del Palacio y del Cine Pereda distinto al administrativo es urbanísticamente y jurídicamente inviable por el convenio urbanístico, por el modificado 43 del Plan General, por la revisión del mismo y por las expropiaciones de locales».