El parque acuático tendrá un «nulo impacto negativo», según el informe arqueológico

Tras una «caracterización» arqueológica y cultural de los terrenos afectados, los técnicos han llegado a la conclusión de que «no existe una incidencia negativa sobre el patrimonio cultural». Marcos y Mantecón no han detectado yacimientos arqueológicos, áreas de presunción de hallazgos o la posibilidad de existencia de materiales «descontextualizados o en posición secundaria».

«Las estaciones arqueológicas –explican– y bienes de patrimonio cultural inventariados se localizan a una distancia de más de un kilómetro del área de afección del proyecto. Además, los terrenos poseen una elevada alteración antrópica desde mediados del siglo XX, debido a la explotación forestal con monocultivo del eucalipto, canteras de extracción de arena y construcción de instalaciones deportivas (campo de rugby)». Por todo ello, consideran que se trata de terrenos «estériles» desde el punto de vista cultural.

No obstante, como consecuencia del alcance y dimensiones del proyecto en cuanto a desbroces y movimiento de tierras, y principalmente atendiendo a las recomendaciones del Estudio de Impacto Ambiental de la obra, Marcos y Mantecón sugieren como medida preventiva relacionada con el patrimonio cultural, el desarrollo de labores de seguimiento y control arqueológico de los trabajos, contando con el pertinente permiso de la Dirección General de Cultura.

El alcalde, Javier López Estrada, informó recientemente de la adjudicación de la redacción del referido informe en 1.476 euros, con un plazo de ejecución de dos meses. El regidor autorizó a los arqueólogos a presentar la correspondiente autorización de intervención arqueológica, a los efectos de lo establecido en la legislación vigente de patrimonio cultural arqueológico de la comunidad autónoma.

El procedimiento de impacto ambiental del proyecto, denominado oficialmente 'Equipamiento de ocio y deportivo en Sierrallana', se encuentra en fase de consultas a la administraciones públicas y personas interesadas. Vista la documentación presentada por la Dirección General de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático, y teniendo en cuenta la información sobre la zona afectada obrante en el Servicio de Patrimonio Cultural, así como las características y especificaciones contenidas en el proyecto, la Dirección General de Patrimonio Cultural informó al Consistorio que en el área de intervención no se constata la existencia de ningún bien integrante del patrimonio cultural.

No obstante, señaló que, una vez analizadas las características del plan, se observa que las actuaciones previstas implican una profunda alteración del área de afección desde el punto de vista topográfico, con importantes movimientos de tierra y labores de desbroce de la vegetación.

Una vez revisado el contenido del proyecto, la Dirección General de Patrimonio Cultural destacó que en uno de sus apartados se contempla la realización de un «control arqueológico continuo» de los movimientos de tierras y las labores de desbroce que permitan la identificación de «posibles restos arqueológicos y su correcta preservación». También recordó que la Ley de Patrimonio Cultural de Cantabria establece que todo proyecto sometido a evaluación ambiental «debe contar con un informe de impacto sobre el patrimonio cultural».