Un parque de Torrelavega abandonado y, pronto, inaccesible

El futuro inmediato del parque y esta margen del río también coinciden. A las dudas sobre la idoneidad de su ubicación en esta orilla tan expuesta a los azotes del agua, el equipo de gobierno (PRC-PSOE) añade ahora el contexto del soterramiento para explicar que no habrá inversiones en la zona al menos hasta la próxima década. Hacerlas sería como tirar el dinero, ya que la construcción del desvío del tren y su papel durante al menos un lustro canalizando el tráfico ferroviario dejarán el parque completamente inaccesible. Sus dos accesos, a ambos lados, estarán cerrados.

El hecho de que la única señal de actividad en la zona sea la de las obras anunciando ese día revela el poco uso -más bien nulo- que le dan los vecinos a estas máquinas oxidadas y llenas de telarañas. Algunos, no muchos, sí bajan al parque, aunque más bien para pasear al perro y desde luego para hacer ejercicios de fuerza para brazos y piernas. Solo estos visitantes y quizá los chavales que pueden llegar a hacer botellón llegar a utilizar el cubo de basura colocado aquí.

Ha pasado una década desde que el Ayuntamiento de Torrelavega y el Gobierno de Cantabria impulsaron el desarrollo del llamado 'Corredor Verde Saja-Besaya', un proyecto en el que se invirtieron cientos de miles de euros, que sirvió para levantar senderos, pórticos, miradores y parques como este con la idea de «recuperar el río como parte de la vida normal de los vecinos de Torrelavega, acercándolo a los ciudadanos y a la ciudad», como enfatizó durante un acto en enero de 2014 -a pocos días de la histórica moción de censura-, el todavía alcalde, Ildefonso Calderón, acompañado por el consejero de Medio Ambiente, Urbanismo y Ordenación del Territorio, Javier Fernández. «El Besaya es un proyecto de todos y para todos y debemos continuar con el camino marcado por Calderón», le respaldaría este.

Hoy se puede afirmar que nadie ha continuado el camino marcado por Calderón, salvando pequeñas actuaciones para renovar las estructuras de madera con Corporaciones Locales. De forma más destacada, yace también un proyecto llamado 'Recuperación de las márgenes del Saja-Besaya', presentado por la Concejalía de Medio Ambiente en la anterior legislatura y del que, después de cuatro años pendiente del visto bueno de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) y tras unos informes de Protección Civil recordando la llegada del desvío del tren y desaconsejando actuar en la orilla, nada se volvió a saber.

Igual que algunos de los pórticos -como el que se encontraba junto al puente de Torres- que servían para marcar las puertas de entrada al itinerario e informar a los transeúntes con datos medioambientales, el itinerario planteado por el gobierno popular de hace diez años terminó dejado a su suerte. Mientras, el río que pasó décadas siendo prácticamente un pozo de residuos industriales, recupera su vida poco a poco para recibir a cada vez más peces, aves o incluso nutrias, entre tanto, su orilla se deprime en forma de este Corredor Verde dejado a su suerte.

Ahora que la obra del desvío del tren va camino de ocupar buena parte de esta zona a lo largo de 1,4 kilómetros del Bulevar Ronda, es difícil imaginar proyectos nuevos o siquiera una expectativa real de cuál podría ser el futuro de esta margen dentro de unos años. El equipo de gobierno (PRC-PSOE) no puede proyectar iniciativas hasta al menos dentro de un lustro. Pasado ese tiempo, y si las obras del soterramiento de las vías del tren transcurren con éxito y de acuerdo a los plazos marcados, el Ayuntamiento de Torrelavega podrá entonces empezar a plantear una lluvia de ideas realista y pensar en darle protagonismo al río a su paso por esta zona, una oportunidad poco explotada y cuyo primer gran intento hace una década ha demostrado ser un fracaso.