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Los representantes de los trabajadores del hospital comarcal Sierrallana se enteraron ayer a través de este periódico del cierre de seis habitaciones por la presencia de legionela y su reacción no se hizo esperar. Los sindicatos UGT y CSIF han pedido explicaciones a la ... directora del centro sanitario, María Antonia Urbieta, que ha restado importancia a lo sucedido y confía en que el problema quede resuelto en una semana, siempre que sean positivos los controles para ver si se ha eliminado la bacteria que apareció en una tubería de agua.
«Estamos indignados», señalaba la responsable de Sanidad del CSIF en Cantabria, Margarita Ferreras, tras solicitar por escrito una reunión urgente del Comité de Seguridad y Salud. «La semana pasada -explicaba- circulaban rumores en el hospital y preguntamos de palabra a la dirección, pero nos dijeron que era una cuestión de infraestructuras. Lejos de informarnos, hoy nos levantamos con la noticia del periódico y necesitamos saber qué ha ocurrido, qué están haciendo, los protocolos que se han activado..., porque no han informado a nadie, ni a trabajadores ni a usuarios».
José María Fernández Cobo, de UGT, se quejó a la dirección de que no se informase a los delegados de Prevención y también solicitó por escrito una reunión del Comité de Seguridad y Salud. «Deberían de haber informado, como mínimo, a la Junta de Personal. Siempre estamos encima de estas cosas, hace poco fuimos los únicos que pedimos explicaciones por el cierre de la Unidad de Digestivo tras la aparición de hongos», afirmaba Fernández Cobo.
María Antonia Urbieta | Directora del hospital
La directora de Sierrallana precisó que hace 15 días pusieron en marcha los «tratamientos» necesarios para eliminar la contaminación por legionela, aparecida en una de las tuberías del servicio de agua que conecta a las seis habitaciones cerradas desde entonces, dos en cada una de las tres plantas del hospital. «Hasta que no tengamos la seguridad de que todo está bien, las habitaciones seguirán cerradas. Se toman muestras y hay que esperar unos días para ver si todo está correcto. En principio, hay que esperar una semana», afirmó.
Margarita Ferreras | Sindicato CSIF
María Antonia Urbieta explicó que el foco infeccioso se detectó en un control rutinario de la bacteria: «Los hacemos durante todo el año, de forma periódica, en los terminales del agua, que es donde aparece la legionela. En este caso se detectaron unos niveles un poco por encima de lo normal y activamos el protocolo correspondiente. Tomamos las medidas oportunas en estos casos y estamos a la espera de que hayan surtido efecto».
Urbieta negó que el problema tenga que ver con las obras de construcción del nuevo edificio de consultas externas, porque «tienen circuitos de agua diferentes». No ocurrió lo mismo con la Unidad de Digestivo, cerrada recientemente durante 10 días por la presencia de un hongo. «Al estar la obra al lado del hospital -explicaba-, hay más riesgo de contaminaciones y hacemos controles que antes no hacíamos para estar seguros de que no hay riesgo añadido. En uno de ellos dectectamos la presencia del hongo y por eso se realizó el cierre cautelar. Tras la limpieza, los resultados fueron positivos y todo está perfecto».
La legionela se puede convertir en una preocupación cuando se multiplica y propaga en los sistemas de suministro de agua de los edificios, por ejemplo en el cabezal de la ducha y los grifos del lavabo; las torres de enfriamiento (estructuras que contienen agua y un ventilador como parte del sistema centralizado de enfriamiento de aire de un edificio o proceso industrial); las bañeras de hidromasaje que no se vacían después de cada uso; las fuentes y accesorios decorativos con agua; los tanques de agua caliente y calentadores de agua; los sistemas grandes de cañerías. Los sistemas de aire acondicionado de los automóviles y de las casas no usan agua para enfriar el aire y, por lo tanto, no presentan un riesgo de multiplicación de la bacteria.
El Palacio de Justicia de Torrelavega cumplió cuatro años el 11 de marzo de 2015, pero no hubo celebración. La plantilla se mostró preocupada durante toda la jornada, tras enterarse a través del personal de limpieza que se había detectado un brote de legionela. El silencio del Gobierno de Cantabria para no causar alarma tuvo el efecto contrario. Un informe de la empresa de mantenimiento señaló que el foco infeccioso había sido eliminado y no se trataba de 'legionella pneumophila', la bacteria peligrosa para los humanos.
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