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El Ayuntamiento naufraga en su último intento para revitalizar la Plaza de Abastos. El proceso de licitación abierto hace un mes para ocupar seis puestos ... del emblemático mercado municipal ha convocado a dos empresas, quedando los cuatro espacios comerciales restantes carentes de ofertas. Este paisaje es el que encontró la Mesa de Contratación hace una semana, en una sesión celebrada para proceder a la apertura de todos los sobres, y culminando así un nuevo intento para resucitar la actividad comercial en la zona y en el que había depositados 145.347 euros y un plazo de ejecución de 10 años en total. Habrá más intentos próximamente: el Consistorio sacará a concurso público estos cuatro puestos vacantes y otros dos actualmente vacíos, en un lote conjunto de seis espacios en total, como avanza Cristina García Viñas. La concejala de Comercio, Turismo, Ferias y Mercados confía en que esta nueva licitación ayude a dinamizar este espacio histórico, clave para entender el desarrollo del comercio en la ciudad desde su inauguración en 1911.
Pasan los años y el Ayuntamiento de Torrelavega sigue sin dar con la tecla para que la Plaza recobre el ambiente que tuvo entonces como centro neurálgico de las firmas locales y de ese sector que terminó mereciendo una gran reputación en Cantabria. La Administración municipal ha realizado inversiones, mejoras y convocatorias para llenar el mercado, una institución histórica de la ciudad. Sin embargo, a pesar de todos estos empeños, las iniciativas no terminan de cuajar, agravando así un sambenito similar al que también sufre el comercio local –que tampoco pasa su mejor momento–.
El Ayuntamiento confía en que estos intentos fructifiquen poco a poco y la ocupación pueda crear un efecto contrario. Esto es, de atracción, sinergias entre puestos y, en suma, mayor flujo de asistentes. Crecen los empresarios, se enriquece la propuesta comercial y se genera mayor clientela para todos, logrando así que el mercado municipal funcione a pleno pulmón. Ese es el escenario ideal que inspira estas licitaciones. Esta última, por ejemplo, hacía un llamamiento a un amplio abanico de empresarios y ofertas: productos de alimentación, hostelería, restauración, hogar, textil, farmacia, parafarmacia, herboristería y cualquier artículo u oferta de servicios similares o relacionados con cualquiera de estas actividades.
Cabe apostillar eso de última, porque la Plaza de Abastos viene protagonizando intentos de resurrección desde hace muchos años. Han pasado siete ya desde que el Ayuntamiento torrelaveguense invirtió 214.687 euros –de los cuales 80.000 euros fueron aportados por el Gobierno de Cantabria– en una remodelación para hacer del mercado un núcleo comercial más moderno, dinámico y rico en servicios.
El Ayuntamiento planteó la incorporación de locales de hostelería y hasta la celebración de eventos, pero este modelo no ha terminado de cuajar. Prueba de ello, las licitaciones que quedaron desiertas después y los cierres sucesivos que han ido marcando la actualidad de la Plaza, pese a la calidad de sus productos, su ubicación en pleno centro de Torrelavega y la celebración en su interior de algunas ferias, talleres y citas diferentes.
Casi una década después de aquella reforma aplaudida por clientes e inquilinos, a la que siguió además una ampliación de horario para ponérselo todavía más fácil a los clientes –de lunes a viernes en horario de mañana y tarde, así como los sábados por la mañana hasta las 14.00 horas–, la Plaza de Abastos suma ahora este nuevo revés difícil de digerir, un sinsabor que contrasta con la pujanza que solía demostrar desde su inauguración el 1 de enero de 1911, tras dos años de obras para su construcción, desde noviembre de 1909 y con un coste de 95.000 pesetas. Casi cien años después, el mercado está renovado y con ayuda de una docena de puestos capaces de crear sinergias. Hay potencial e historia;falta dar con la tecla.
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