El Pleno de Torrelavega consuma el fin del aparcamiento de Novalina para dar paso a planes de vivienda

El Pleno del Ayuntamiento de Torrelavega ha consumado este jueves el fin del uso como aparcamiento de la finca de Novalina, el que hasta hoy y durante los últimos años ha sido el 'parking' gratuito más grande del centro de Torrelavega, con 94 plazas. Con este paso, apoyado por todos los grupos y con la única abstención del PP, los terrenos pasarán a acoger proyectos de construcción de vivienda, de acuerdo a los planes de su propietaria, la sociedad constructora Novalina Inversiones, que ya adelantó este periódico en 2022. Tres años después, el Pleno da el paso clave para hacer efectivo el traspaso de los derechos del Consistorio en este espacio, con la cesión de unos aprovechamientos urbanísticos -los acordados en el convenio con esta empresa hace años- y que ascienden a unos 46.000 euros. Ese dinero es lo de menos; lo importante es que Torrelavega ha consumado este jueves el principio del fin del aparcamiento de Novalina.

Los políticos han ventilado este punto en apenas medio minuto, tras la intervención de la concejala de Urbanismo y Movilidad, Jezabel Tazón. «Sabemos que era una cesión temporal de un espacio privado. La sociedad ha pedido la devolución y se ha hecho la valoración», ha explicado, antes de aclarar que cifrar la fracción municipal de la finca en un 15%, donde «no va a haber cabida a la vivienda social o actuaciones por parte del Ayuntamiento». Tras la responsable regionalista, solo el concejal popular Miguel Remón ha querido debatir el asunto y argumentar la abstención de su grupo en «las dudas que genera el expediente».

Hace años que Novalina Inversiones plantea construir vivienda en este terreno del centro de la ciudad, contribuyendo así a la necesidad de aumentar la oferta en el mercado. Estos trámites suelen ser largos, pero los planes inmobiliarios de la empresa ya están más o menos claros desde hace años. La idea es que, en un futuro, la finca de Novalina pase a acoger una urbanización de unos 24 o 26 pisos «grandes», con «amplias zonas verdes en el entorno», como dejó claro la empresa en una información publicada hace un par de años.

La transición de aparcamiento a planes de vivienda, como ocurre aquí, pone de relieve la situación o el planeamiento urbanístico de otros puntos de la ciudad. Otro de los importantes, y también de actualidad, es el aparcamiento de Pintor Varela. Con cerca de 380 plazas, este es una alternativa de estacionamiento clave desde que empezó a funcionar hace más de una década, tras un acuerdo de cesión de esta parcela entre los dueños y el Ayuntamiento. Sin embargo, cabe recordar que este no era el destino que sus propietarios, ni siquiera el Plan General de Ordenación Urbana vigente, perseguían en un principio. Este no es el estado natural de las cosas.

Es más. En este suelo yace un intento urbanístico muy importante para la ciudad, malogrado tras el estallido de la burbuja inmobiliaria a finales de la primera década de este siglo. La Junta de Compensación que integran los propietarios de esta superficie llegó a tramitar un proyecto de construcción de viviendas en 2007, con planes de levantar en esta misma zona hasta 161 pisos, locales, trasteros y garajes. Finalmente, en medio de aquel contexto de crisis letal para el sector, la propiedad renunció a la licencia del proyecto de ejecución.

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