La poda y tala de árboles centran la fase inicial de la reforma del Manuel Barquín

Esa es una de las metas que inspira esta primera fase de la restauración del parque, licitada bajo el título 'Saneo previo del arbolado', con un presupuesto base de 81.846 euros y por la que pujan hasta cinco empresas especializadas –Centro de Jardinería La Encina; Jardinería Diego; Quintial Obras y Servicios; Seanto; y la de Vanesa Tilán Fernández–. Durante tres meses –ese es el plazo de ejecución–, una de estas se hará cargo de «sanear» el Manuel Barquín, interviniendo así sobre los ejemplares catalogados «de riesgo alto o muy alto».

Los técnicos de Medio Ambiente han llegado a conclusiones como esa tras realizar un análisis «ejemplar por ejemplar». La conclusión a la que llegan en el Ayuntamiento sobre la salud mejorable de muchos de estos árboles se repite en otras voces autorizadas del sector.

En Torrearboleda, uno de los colectivos más volcados en el mantenimiento de las zonas verdes y el cumplimiento de los planes de gestión de este tipo de espacios, el diagnóstico apunta en la misma dirección: «Abandonado» o «olvidado» son algunas de las palabras que utiliza uno de sus portavoces, Germán Castellano, satisfecho, pese a todo, con la tramitación de esta primera fase del proyecto: «Es un buen punto de partida siempre que se haga con sentido común», sostienen, pensando en el respeto de la biodiversidad existente –insectos, aves…– y que vive al cobijo de muchos ejemplares.

Desde Torrearboleda abogan así por un modelo que concilie las «zonas de disfrute» más adaptadas a los ciudadanos con otras «más salvajes» y que respeten los espacios naturales mediante una intervención más comedida.

Aunque lo utilizan y es un espacio agradable donde pasan largos ratos durante el día, el espacio verde más importante del centro urbano tampoco está todo lo bien cuidado que a los usuarios les gustaría. El diagnóstico del parque es muy parecido a pie de calle, como viene reflejando este periódico en algunos reportajes recientes sobre este tema. Los vecinos describen un Manuel Barquín más bien «sombrío» y «oscuro» –esto se debería a que hay demasiados árboles, según algunas voces–, cuando no «abandonado». Destacan su «gran potencial», pero reconocen que el margen de mejora es muy grande.

La parte inicial del famoso proyecto para restaurar el Manuel Barquín está encarrilada con esta licitación, que conocerá su empresa adjudicataria en los próximos días; lo que sigue siendo un misterio es el futuro del resto del proyecto o, dicho de otra manera, de los casi cinco millones en inversiones que se contemplaron justo hace dos años desde esta misma Concejalía y de las que poco se ha vuelto a saber.

El Ayuntamiento no sabe cómo dar salida a uno de sus grandes proyectos. Su alto coste ha sido un problema desde el principio y la coalición (PRC-PSOE), tras reconocer que no se dimensionó el proyecto correctamente, viene buscando vías de financiación en los últimos meses. No hay nada claro. De hecho, y según informan, tampoco se habrían fijado más fases de actuación.