La Policia Local se forma ante posibles ataques terroristas en Torrelavega

Seguramente no haya nadie que se tome más en serio los simulacros en su trabajo que las fuerzas y cuerpos de seguridad. Ayer, el Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega se convirtió en un escenario digno de una película de acción. Disparos, maniobras críticas entre coberturas para esquivar los tiros, terroristas parapetados entre las columnas al grito de un dios, agentes 'caídos'... Aquello no fue de infarto únicamente porque era una simulación. Pero así son las prácticas que hace la Policía Local para prepararse ante un escenario crítico, una situación totalmente fuera de control y que los expertos –basándose en una voz malaya que hace referencia a la ira o la agitación en general– llaman AMOK. Si piensan en los llamados 'lobos solitarios' o en los que agarran una escopeta para masacrar un instituto se harán una idea de la amenaza contra la que los uniformados, policías locales de toda Cantabria, se vienen entrenando en los últimos días.

La simulación de ayer fue el punto final a 600 horas teóricas y prácticas de formación, un ciclo enmarcado dentro del plan de formación de la Consejería de Presidencia y que, gracias a la ayuda que prestan instructores y especialistas del Cuerpo Nacional de Policía, prepara a los efectivos para lo peor. ¿Y qué es lo peor? Lo dicho, un sujeto dispuesto a arrebatar tantas vidas como pueda e indiscriminadamente.

Lo primero que se proponen las fuerzas de seguridad para evitar una masacre es captar la atención del terrorista. Ahí es donde entran las sirenas. Los agentes penetraron en el interior del Ferial y se bajaron del coche patrulla a toda velocidad. Habían pasado tres segundos desde que, en la otra esquina del complejo, dos 'criminales' habían dejado a dos personas tendidas en el suelo. Tocaba pensar bien y rápido. «¡Vamos!», «¡por aquí!», «¡está detrás de la pared!», alternaban unos y otros efectivos, dispersos en dos avanzadillas distintas para acorralar a los malhechores. Puede que fuera un simulacro, pero ni la cara de los policías, seria y en máxima concentración, ni la de los caídos, tendidos en el suelo durante y sin señales de vida, daban apariencia de tal cosa.

Hacía rato que en el interior del complejo flotaban el olor y el humo de las armas de fogueo. Los disparos se sucedían y los terroristas asomaban la cabeza para disparar y frenar el avance de los agentes, pero era inútil. El dispositivo ya estaba prácticamente 'encima' de los malos, tras avanzar –cautos aunque sin pausa– por ambos lados de la instalación. Eran segundos confusos. Mucha tensión, gritos y disparos de no se sabe qué bando, pero todo terminó bien. Al minuto, los terroristas saldrían de sus escondites neutralizados.

«Este curso es muy importante y muy demandado», subrayó a los pocos minutos la consejera Paula Fernández, que asistió al simulacro en compañía de la jefa Superior de Policía, Carmen Martínez, el director del Centro de Estudios de la Administración Regional de Cantabria (Cearc), Íñigo Claramun, el concejal Pedro Pérez Noriega y el director del Ferial, Isaac Bolado.

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