La Policía requisa documentación y ordenadores vinculados al empresario José Luis Quintanilla

Su padre, José Luis Quintanilla, puso en marcha el negocio familiar hace varias décadas, una gestoría situada en la calle Julián Ceballos, que funcionó de manera solvente y con una amplia cartera de clientes hasta su fallecimiento, en 2009. Tras su muerte, se hicieron cargo de la empresa su viuda y los dos hermanos, quedando José Luis como administrador único, aunque la titulación que se requiere para llevar el negocio (gestor administrativo) siempre la ha tenido su hermana.

Olga dice que su madre y ella siempre depositaron su confianza en José Luis hasta 2019, año en el que ella regresó a la política como concejala y él pasó a ser presidente de la Cámara, cargo al que renunció dos años después argumentando razones personales. Ella dice que la llegaron «ciertos rumores» y empezó a desconfiar de la gestión de su hermano en la empresa familiar. Afirma que pidieron a José Luis «documentación concreta» y que éste se negó a facilitarla.

El conflicto estalló en toda su crudeza y en enero de este año Olga se hizo cargo de la administración de la gestoría. Según ella, su hermano terminó por renunciar al trabajo en la compañía y creó su propia empresa con otros socios en la confluencia de las calles Augusto González Linares y Avenida de España. Olga afirma que las «irregularidades» han sido cometidas por varias personas, entre ellas su hermano, y que ella y su madre llevan dos años de «brutal sufrimiento y ataque».

Fuentes cercanas a José Luis señalan que Olga está perdiendo los procedimientos judiciales que ha iniciado y ahora ha provocado una intervención judicial que «recaerá también sobre ella cuando se aclare». Según las mismas fuentes, se ha desatado una campaña para «cargarse» la reputación de José Luis, después de que la mayoría de los clientes hayan decidido «irse con él».