Secciones
Servicios
Destacamos
Ni el sobrecoste del soterramiento, de 80 a 130 millones de euros, ni el esfuerzo económico que este requerirá a las arcas locales, 26 millones, frenan el compromiso de los partidos de gobierno (PRC-PSOE) con el anhelo histórico de la integración ferroviaria. « ... No hay ninguna duda, no hay marcha atrás. La decisión está tomada, el compromiso es ejecutar el soterramiento y hay que dar pasos para que esto sea una realidad cuanto antes. La situación económica del Ayuntamiento es buena», tranquiliza el alcalde, Javier López Estrada (PRC), tras una semana marcada no solo por el encarecimiento del proyecto, sino por la deuda a «quince o veinte años» que, como admiten en la Concejalía de Economía, tendrá que asumir el Consistorio para hacer frente al 20% de esos 130 millones.
Esa ensalada de números y deudas ha generado mucho vértigo y críticas en la calle estos últimos días, pero los socios de coalición están convencidos de que la inversión merece la pena. «Es irrenunciable y se va a hacer. Estamos ante una actualización conforme al aumento de precios en los últimos años. Lo extraño sería que en siete no se hubiese incrementado el presupuesto», acompaña el teniente de alcalde, José Luis Urraca (PSOE).
26 millones de euros
tendrá que aportar el Ayuntamiento para pagar el soterramiento, el 20% de una inversión que se ha disparado a 130 millones, por el aparcamiento bajo tierra y la actualización de precios. El Consistorio admite que se endeudará durante «quince o veinte años».
En el fondo, con más o menos matices, ese apoyo incondicional a la integración ferroviaria se traslada prácticamente a todos los grupos de la oposición. «Hay que seguir y mantenemos el compromiso porque es uno de los proyectos transformadores de la ciudad», afirma Miguel Ángel Vargas (PP), no sin lamentar que el remanente económico del Ayuntamiento en los últimos años, lejos de reservarse para grandes proyectos como este, se ha gastado en «asuntos no tan relevantes». De ahí, pasa a hacer dos llamamientos: «Analizar las consecuencias y el impacto de este sobrecoste», primero; y el de transitar este camino con más «transparencia» de cara a los vecinos, después. «Hay que ser claros; esto va a generar inconvenientes».
El alcalde de Torrelavega, Javier López Estrada, trata de hacer pedagogía citando ejemplos como Bilbao, Valladolid y Avilés para demostrar que «no hay ciudad que no haya tenido que invertir si ha querido transformarse». También abre la puerta a que el Ayuntamiento no esté solo en ese esfuerzo. «Podemos conseguir fondos para financiar parte del soterramiento», confía, antes de recordar el apoyo que estos han supuesto para impulsar proyectos importantes en los últimos años –desde el aparcamiento en altura, La Lechera hasta el Plan de Sostenibilidad Turística, entre otros–. «Si algún concejal del Ayuntamiento defiende paralizar el soterramiento es que piensa más en su interés electoral que en el de la ciudad», asegura. Al margen de la financiación, la solicitud para instalar un posible apeadero ferroviario en el trayecto del desvío provisional del tren –entre la Inmobiliaria y el entorno de La Lechera– sigue en el aire, aunque el regidor no pierde la esperanza: «Estoy convencido de que el apeadero se hará. No sé cuál será la solución técnica, pero soy optimista. Adif es el primer interesado». La instalación de esa parada es uno de los grandes temas asociados al proyecto y a la red de Cercanías en la ciudad. No en vano, durante el soterramiento, las vías del centro dejarán de absorber el tráfico de trenes, que circularán por el desvío. Así, Torrelavega perderá su estación en el centro durante cuatro o más años de obras. Sin ese apeadero, la única será la de Barreda.
Esa concepción del soterramiento como una idea inamovible, transformadora y que terminará con la condición de Torrelavega como una ciudad partida en dos después de 130 años es compartida en Torrelavega Sí. Su portavoz, Blanca Rosa Gómez Morante, promete hacer un seguimiento a la hora de estudiar la adenda acordada por las administraciones –para actualizar el precio del proyecto– y velar para que otras inversiones no se vean opacadas, pero tiene claro cuál es el anhelo de esta ciudad desde hace siete décadas: «Eliminar los pasos a nivel y recuperar un espacio que es una oportunidad de la que queremos participar y decidir. Nada de paralizar».
La sentencia con la que Gómez Morante cierra esas declaraciones es una referencia a la posición más escéptica de esta semana en relación al soterramiento: la de Vox. Su portavoz, Roberto García Corona, fue muy claro este miércoles:«Solicitamos la paralización inmediata en el avance de las gestiones hasta que conozcamos la información económica completa del soterramiento». Para este grupo, los 26 millones que recaerán sobre las arcas locales revelan la «continua improvisación» del alcalde, al que acusa de «condenar» a la ciudad «a caminar sin horizonte ni garantías».
El debate sobre cómo se va a pagar el soterramiento ha centrado buena parte de la conversación pública esta semana, pero viene estando de actualidad desde hace tiempo. El portavoz de IU-Podemos, Borja Peláez, ya exigió una renegociación del convenio antes de que se conociera el alza de los costes. Esta semana, se ha hecho fuerte en ese argumento: «El soterramiento es importante, pero tenemos que negociar nuevas condiciones, intentar liberar el máximo peso posible para el Ayuntamiento;otros municipios no han tenido que poner ni un duro en proyectos similares». Al hilo de este asunto también quiso manifestarse, por separado, Podemos, tildando de «error» el convenio e instando a negociar uno «más favorable».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.