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El pasado viernes, cuando la Junta Electoral de Zona confirmó que los regionalistas alcanzaban los siete concejales en Torrelavega -inicialmente se le asignaron seis, por un error en la transmisión de los datos de una mesa-, quedó despejado el panorama de pactos de ... la ciudad. Los dos ediles de la formación de Blanca Rosa Gómez Morante, los dos de Vox y el que tiene IU-Podemos ya no son fundamentales para forjar ninguna alianza. Todo depende ahora de los acuerdos cruzados entre PP, PRC y PSOE. Entre ellos dan los números para cualquier fórmula, pero si a la aritmética se le suman también las declaraciones de las partes implicadas, todo parece indicar que está cerca de reeditarse un bipartito entre regionalistas y socialistas con Javier López Estrada por segunda vez consecutiva al frente de la Alcaldía. Eso, y que ayer los primeros espadas del PRC y del PSOE en la ciudad se reunieron con «buena disposición» a ambos lados de la mesa, pero dejando claro que no está nada cerrado. Una cautela que no se corresponde con la de las direcciones regionales de ambas formaciones, que dan por hecho el desenlace: «Se han sentando las bases y pinta muy bien».
Todo apunta a eso. Si ninguno de los tres implicados no se rectifica a sí mismo, esa es la única salida lógica. Porque aunque López Estrada ha dejado abierta la puerta a negociar a izquierda y a derecha con la única condición de seguir él al frente del Ayuntamiento, el PP, en su condición de primera fuerza política de Torrelavega tras las elecciones del 28M, se niega en rotundo. No se niega a pactar con el PRC, sino a cualquier escenario que implique dar la Alcaldía al segundo partido en votos y que se la arrebate al candidato popular, Miguel Ángel Vargas, que ayer volvió a descartar esta posibilidad. Está dispuesto a hablar, pero no en esos términos. Por su parte, el líder socialista en capital del Besaya, José Luis Urraca, pone sus seis concejales a disposición de un pacto progresista, tal y como le encomendó la Ejecutiva local de su partido. Es el único que no ha pedido la Alcaldía, pero aspira a ser teniente de alcalde pese a que con él al frente el PSOE se ha convertido por primera vez en la tercera fuerza política.
Al encuentro, además de los líderes de cada uno de los dos partidos, también acudieron José Manuel Cruz Viadero por los socialistas y Pedro Pérez Noriega por los regionalistas. «Ha sido una primera toma de contacto buscando posturas que permitan formar gobierno, pero hay nada concluyente. Queda mucho por hacer. Nuestra postura es clara: hay dos posibilidades en Torrelavega, formar un gobierno conservador o de progreso. Nosotros estamos en la línea de intentar conseguir el segundo», resumía Urraca, que prefiere no echar las campanas al vuelo. En la misma línea se pronunciaba ayer López Estrada: «Hemos buscado posturas de acuerdo. Hemos analizado las partes comunes de los diferentes programas, así como los proyectos y políticas compartidas. Ha sido una primera toma de contacto». Eso sí, no todos los regionalistas de Torrelavega ven tan clara esta opción y algunos recuerdan los problemas que han demostrado algunos ediles socialistas -que repiten en la nueva Corporación- para sacar adelante el trabajo diario de sus respectivas concejalías en los últimos cuatro años.
PRC y PSOE se han emplazado a un nuevo encuentro en los próximos días. A día de hoy esa es la única reunión entre partidos que hay en la agenda política de Torrelavega.
Lo que ocurre es que de forma paralela siguen las negociaciones a nivel autonómico, que podrían mover el resto de piezas, incluido Torrelavega. Aunque Miguel Ángel Revilla ha dado a sus juntas locales libertad total para negociar las alcaldías que todavía están en juego con el partido que consideren más oportuno y de forma paralela está a punto de cerrarse la abstención de los ocho diputados del PRC para hacer presidenta a María José Sáenz de Buruaga (PP) en la votación de investidura, el PSOE no cesa en su intención de convertirse en socio prioritario de los regionalistas y aguantar parte del poder local que se le fue la noche de los comicios. Con ese acuerdo saldrían adelante 14 alcaldías y es lo que planteó ayer el equipo de Pablo Zuloaga.
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Fue durante una reunión entre la secretaria de Organización del PSOE de Cantabria, Noelia Cobo, y la vicesecretaria de Organización del PRC, Paula Fernández Viaña. Una reunión discreta porque ninguna de las dos partes habían informado de ella. De hecho, mientras se veían las caras, Pablo Zuloaga hacía a Revilla una petición pública ante los medios de comunicación para que «tome decisiones, porque el PRC está en una deriva en la que no toma decisiones». La socialista lo planteó, pero la regionalista no respondió a la espera de que se reúna hoy la Ejecutiva de su partido, que tiene muchas cosas que decir, como si el PRC se presenta o no a las generales del próximo 23 de julio. En principio, los de Revilla prefieren ir municipio a municipio.
Así, la reunión de ayer entre Cobo y Fernández sirvió para poco más que para ver en qué lugares ese pacto local ha ido bien en los últimos cuatro años con la intención de explorar la repetición de la alianza. Hay pueblos en los que la cosa pinta bien como Medio Cudeyo y Comillas y otros donde hay más problemas, como Ribamontán al Mar -antes había mayoría del PRC- y Reinosa -antes había bipartito PRC-PP-, donde esa alianza parece imposible de materializar.
Cobo y Fernández han sido durante la legislatura 2019-2023 las dos encargadas de dirimir desde Santander las disputas internas en los pactos locales porque, aunque también hace cuatro años Revilla dio libertad a los suyos, sí que hizo una sugerencia general que en la mayoría de consistorios salió adelante. En sitios que ahora están abiertos como Cabezón de la Sal, Ampuero o Hazas de Cesto. En algunas de estas localidades ya se han celebrado «hasta dos o tres» encuentros con los candidatos a la Alcaldía de sendas formaciones, pero ambas partes coinciden en que no hay prisa. Que lo más probable es que no se firmará nada hasta la semana que viene.
Los interesados tienen el próximo 17 de junio como fecha límite. Ese día, salvo excepciones muy justificadas, se constituirán los ayuntamientos de toda España. En los 28 consistorios cántabros sin mayoría absoluta, en caso de que no sea posible ningún pacto, gobernará la lista más votada en minoría.
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