La directora general del Patrimonio Cultural, Zoraida Hijosa, destacó en su resolución, firmada en agosto, que el Mercado Nacional de Ganados no cuenta con características históricas o artísticas para ser protegido, ni unas cualidades específicas que definan por sí mismas un aspecto destacado de la cultura de Cantabria. Tampoco cuenta con «cualidades constructivas especialmente destacables».
La respuesta del Ayuntamiento no se ha hecho esperar. En un extenso recurso firmado por la historiadora Sara del Hoyo, señala, en primer lugar, que el concepto de patrimonio cultural ha evolucionado de manera considerable en las últimas décadas, ocasionando la caracterización de nuevas categorías a partir de bienes que atesoran la memoria y la identidad de diferentes sociedades a lo largo y ancho del mundo y de la historia. Fruto de esa «esforzada» voluntad por preservar los testimonios de valor universal excepcional, en el ámbito de la cultural y en el natural, la Organización de las Naciones para la Educación, la Conciencia y la Cultura (Unesco) ha declarado como Patrimonio de la Humanidad elementos tan interesantes como la garganta de Irombridge, la fábrica siderúrgica de Völklingen o el paisaje industrial de Blaenavon.
A su vez, en el recurso se indica que al amparo de la Ley de Patrimonio Histórico Español, se han reconocido obras y complejos en los que la técnica y la tecnología, también en materia constructiva, han sido «fundamentales». La estación de ferrocarril de Canfranc en Huesca, el viaducto viejo de Teruel o la fábrica de loza San Claudio son algunos ejemplos. Este interés por valorar «en su justa medida» los vestigios contemporáneos cuyas tipologías poco o nada tienen que ver con las aceptadas hasta la fecha, es compartido por diferentes organismos y asociaciones.
Sara del Hoyo dice en su escrito que la lista de bienes declarados en Cantabria como BIC, permite comprobar que hasta ahora ha prevalecido una estimación de los elementos patrimoniales basada en «el valor de lo antiguo, lo artístico o lo histórico, muy en sintonía con una tradición legislativa fraguada a lo largo de siglos y que se remonta a la creación de las academias». A su juicio, la incoación del expediente del Mercado Nacional de Ganados «se adecuaría perfectamente a la línea de trabajo que desde el Servicio de Patrimonio Cultural se viene siguiendo desde los últimos meses».
En este sentido, recuerda la reciente declaración de la antigua fábrica de La Lechera como Bien de Interés Cultural. Sin embargo, dice que es preciso avanzar en esta dirección con nuevos pasos, como la protección del MNG, que «supondría un esforzado cambio de rumbo de esa percepción, el conocimiento y la protección del patrimonio cultural de la comunidad autónoma de Cantabria». Y recuerda el objetivo principal que persigue la solicitud del Ayuntamiento: «Propiciar el reconocimiento y dotar de nuevos usos a una edificación emblemática, infrautilizada y ahora desconectada de la ciudad».
En segundo lugar, el recurso resalta que el Ferial, además de atribuírsele un «carácter excepcional» y destacar como un bien relevante del Patrimonio Histórico Español, sí cuenta con características históricas o artísticas para que sea protegido. También hace hincapié en la relación «destacada» del MNG con la cultura y la historia de Cantabria, y en el hecho de que «sí cuenta con cualidades constructivas especialmente destacables», aunque a su vez responsa a «un modelo basado en la funcionalidad, la racionalidad y la austeridad en los acabados, propio de este tipo de construcciones utilitarias», porque «lo uno no quita lo otro». Según el recurso, el Ferial cumple con todo lo exigido en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial.
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