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Algo en común a todos los partidos durante esta campaña electoral es que todos han puesto en Torrelavega uno de los focos de atención. El presidente de Cantabria y candidato del PRC a la reelección, Miguel Ángel Revilla, ha asegurado este jueves que Torrelavega «tiene futuro» y ha destacado su apuesta porque vuelva a ser «el motor industrial» de la región a través de proyectos como las minas de zinc o el polígono de Las Excavadas.
Este anuncio ha sido realizado por Revilla durante su visita al polígono industrial de Tanos, junto al diputado nacional del PRC, José María Mazón, y al candidato regionalista a la Alcaldía de Torrelavega, Javier López, durante la que ha criticado la «nefasta gestión» del Gobierno del PP que «originó el cierre de comercios y condenó a Sniace al cierre».
Revilla ha puesto en valor la labor realizada para revertir los efectos de la «etapa lamentable» vivida entre 2011 y 2015, en la que ha enmarcado la reapertura de Sniace y la recuperación de 450 empleos directos, además de otros muchos indirectos.
Así, ha destacado la reducción del desempleo logrado en el municipio al pasar del 26 % «a poco más» del 14%, un porcentaje que, a su juicio, «todavía por encima de la media», pero que espera reducir en base a la promoción industrial de la comarca.
Además, ha subrayado las oportunidades que se abren en Torrelavega con los nuevos proyectos mineros y la creación de suelo industrial, una vez agotada la capacidad del polígono Tanos-Viérnoles.
Por su parte, José María Mazón ha avanzado que uno de sus objetivo en el Congreso es que el Plan Reindus tenga una partida específica para exclusiva para la comarca del Besaya, que necesita de tanto apoyo«, ha precisado.
A su vez, López Estrada ha sumado a estas prioridades la utilización de los terrenos baldíos de la empresa Sniace -unos 200.000 metros cuadrados-, a los que se ha referido como «una pieza importantísima» para el futuro industrial de Torrelavega y que quiere poner en valor como suelo productivo.
Junto a ello, ha citado la venta de todas las parcelas disponibles en el polígono Tanos-Viérnoles con un coste inferior al de urbanización, la construcción de 8 naves nido con una inversión de 2 millones de euros y los pasos dados para la puesta en marcha de los nuevos polígonos de las Excavadas, La Hilera y La Pasiega.
Mientras tanto, en la capital cántabra, el candidato regionalista a la Alcaldía, José María Fuentes-Pila, propone llevar a cabo medidas culturales «que vayan de la mano» de la identidad de la ciudad, potenciando la marca del mar o el paleolítico, con el fin de atajar «la despersonalización» en la que cree que ha caído la ciudad.
Así, ha contrapuesto la importancia de iniciativas que hagan recordar lo que ha sido Santander frente a otro tipo de actuaciones «faraónicas» que pueden «denostar los principios básicos de la cultura».
«Se ha ido perdiendo la historia colectiva, de los barrios, de las calles y de las personas», ha dicho Fuentes-Pila. Para paliar ese efecto, el regionalista ha apostado por potenciar la marca paleolítica, en conexión con el resto de lugares de Cantabria en los que hay vestigios de esta época como Camargo, Santillana o Puente Viesgo.
«Puede ser suficientemente poderoso para recuperar lo que somos a nivel internacional«, ha opinado Fuentes-Pila, quien ha agregado que el bisonte de la cueva de Altamira lo ven »todos los niños en cualquier punto del mundo« y, sin embargo, quizás los cántabros »no le damos importancia«, ha añadido.
Entre sus propuestas figura un plan de conservación de la memoria colectiva para restaurar y rescatar la gran cantidad de monumentos, estatuas, calles y relatos ocultas de la ciudad que dicen «quiénes somos», y que incluso permitiría la apertura de «nuevas rutas culturales». Dar protagonismo proactivo a las personas mayores e inventarlas a que cuenten historias que están «mudas hoy en día» y que ayudarían a tejer los recuerdos de lo que ha sido la ciudad es otro de sus ejes.
Asimismo, ve «imprescindible» la creación de un fondo económico de conservación del patrimonio, tanto material como inmaterial, que permita analizar lo que hay y hacer un diagnóstico de necesidades. En este punto ha apostado por defender, por ejemplo, el paisaje cultural de la ensenada de la Magdalena.
Un centro cultural en Varadero y nuevas dotaciones en San Martín que evidencien la relación con el mar o un semillero de empresas culturales creativas que perserven el patrimonio lingüístico santanderino, junto a una comisión de fiestas populares o hacer del Palacio de Riva-Herrera un «laboratorio» de proyectos, además de la posibilidad de implantar un nuevo grado de Bellas Artes.
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