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Las polémicas obras de reforma integral de la calle Julián Ceballos, una de las arterias principales del caso urbano de Torrelavega, cumplieron ayer un año y acumulan ya un retraso de seis meses. Los trabajos, que se encuentran en su fase final, provocaron primero protestas ... por el «exceso» de asfalto y después por la demora en la ejecución de los mismos.
El proyecto, cofinanciado con fondos europeos, fue adjudicado a la empresa Rucecan con un presupuesto de 1,5 millones y un plazo de realización de medio año. Las obras tienen como objetivo principal convertir Julián Ceballos en un vial más amable para el peatón, aunque se mantienen los dos sentidos de la circulación, y se dividieron en tramos, con el fin de causar menos molestias.
Los trabajos del primer tramo, comprendido entre las calles Alonso Astúlez y La Llama, se toparon en abril con movilizaciones de vecinos y comerciantes, que exigían más zonas verdes y menos pavimento. Las protestas en la calle, a las que se sumaron los grupos políticos de la oposición, se mantuvieron durante más de un mes, aunque el Ayuntamiento decidió ampliar una acera y dotar al vial de más arbolado.
Las obras llegaron a finales de mayo al segundo tramo, entre Alonso Astúlez y Ruiz Tagle, la parte más estrecha y comercial. El entonces concejal del área, José Manuel Cruz Viadero, confiaba en que los trabajos en esta parte concluyesen antes de las fiestas patronales de la ciudad, a primeros de agosto, pero no fue posible y se tuvieron que habilitar más pasos peatonales para poder compatibilizar la acción de los obreros con las multitudinarias celebraciones de la Virgen Grande.
Mientras los banderines con los colores de la ciudad (rojo y verde) adornaban el vial, vecinos y comerciantes tuvieron que seguir soportando corte de accesos y suministros básicos, ruidos, polvo... El nuevo edil del área, José Luis Urraca, achacó entonces el retraso en la ejecución de las obras a la «especial complejidad» de las mismas, dado que afectan bajo el asfalto a «numerosos servicios y canalizaciones».
Rucecan comenzó a finales de octubre la ejecución del tercer y último tramo, comprendido entre las calles Ruiz Tagle y Augusto González Linares. Urraca anunció antes de Navidad que los trabajos habían entrado en la fase final y confiaba en que terminasen en los últimos días de este mes. La pavimentación, que iguala la rasante de la calzada y las aceras, concluyó hace varias semanas y ahora restan remates de pintura y señalización.
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