Secciones
Servicios
Destacamos
La Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Torrelavega han dado este martes algunas noticias importantes que afectan a la metamorfosis cultural de La Lechera, uno de los proyectos más importantes que encara la ciudad desde el verano del año ... pasado. Ostenta esa medalla por el fondo, porque dotará a la capital del Besaya del primer gran museo de su historia y de un cobijo clave para las escuelas culturales del municipio, hoy dispersas por la ciudad en sedes precarias; y por la inversión que esta transformación requiere, cercana a los 15 millones de euros, si se suman los trabajos de la primera fase (4,3) y los de la segunda (10,7). Alrededor de estos números y también de los plazos rondan muchas de esas novedades de este martes, en una visita a los trabajos a la que han acudido tanto la consejera de Cultura, Eva Guillermina Fernández, como el alcalde, Javier López Estrada, además del presidente de la adjudicataria, SIEC, Juan de Miguel, diferentes responsables técnicos y una nube de periodistas detrás.
Sobre el dinero. La previsión se encarece un poco, aunque «mínimamente», según ha asegurado la consejera, antes de cifrar ese sobrecoste en «unos 6.000 euros» y garantizar el apoyo de su departamento a la financiación de todas estas obras –recordando los cerca de 8 millones de euros que su sección tiene preparados para sufragar la segunda mitad de la obra-.
En cuanto a los plazos, Fernández ha llegado a reconocer el retraso de la primera fase y fecha su finalización «en diciembre» –y no en verano, como estaba fijado en el proyecto, con plazo de ejecución de 12 meses–. Esa demora no afectará al plazo global de la obra, eso sí. Según ha trasladado a los medios la consejera, ese revés en los tiempos será compensado con el inicio anticipado de la segunda fase «en julio», solapando así las dos caras de la rehabilitación, la del museo y la de las escuelas municipales de arte. «Sumando las dos estamos en plazo», ha querido enfatizar la titular de Cultura, antes de calificar el proyecto como «un revulsivo» para el panorama cultural de la ciudad de Torrelavega.
A su lado durante la visita y compartiendo observaciones sobre la cara irreconocible que presenta una parte de la antigua azucarera a día de hoy, el alcalde, Javier López Estrada, también ha avanzado detalles importantes en lo que respecta a las competencias del Consistorio en este proyecto. Una de esas tareas es precisamente la adjudicación de la segunda fase, que empezará a ejecutarse «en julio» con otro año de plazo.
Aún quedan meses para eso. De momento, esos pliegos de contratación están siendo analizados por los técnicos municipales para, luego, someter la licitación al debate de los grupos, en el próximo Pleno municipal. La mayoría de la coalición (PRC-PSOE), como mínimo, dará luz verde a su salida a concurso público, encauzado a través de un «procedimiento especial de licitación europea», debido a los 2,3 millones en fondos europeos que captó el municipio el año pasado.
El tema de La Lechera es un enredo de fechas, plazos, fases y precios. Sumando las declaraciones de unos y otros, ese lío puede resumirse así: la obra para crear el museo acabará «en diciembre»; la sede para las escuelas y la transformación cultural en general, «a mediados de 2026». Visto así, falta cerca de un año y unos tres o cuatro meses para que Torrelavega sume «un edificio de referencia», como ha enfatizado López Estrada. La Lechera ya está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) desde 2020, pero puede ser mucho más que eso a partir del año que viene.
No en vano la transformación viene a cumplir muchos compromisos en estas dos fases diferenciadas. Han pasado siete años desde que, por primera vez y todavía con la resaca emocional que supuso perder la sede del Museo de Prehistoria de Cantabria (Mupac), el Gobierno de Cantabria empezó a asociar el futuro del antiguo complejo fabril al de un centro cultural, un revulsivo llamado a posicionar a la ciudad como una de las paradas obligadas del itinerario artístico del norte de España. Ese es el objetivo principal de esta primera fase:crear el primer gran museo de Torrelavega y, además, dar cobijo a las cerca de mil obras de arte contemporáneo que conforman la Colección Norte, hoy maltratada y dispersa en diferentes despachos y almacenes de la Administración.
Si la situación de esos cuadros es tan precaria como lo es la de los alumnos de las escuelas municipales –de arte, folklore, circo...), que desde hace años entrenan y desarrollan su talento en sedes más o menos acondicionadas a sus necesidades y dispersas por toda la ciudad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.