La rehabilitación del edificio desalojado en Baldomero Iglesias se iniciará este año

Así lo ha confirmado a este periódico el primer teniente de alcalde y concejal del Obras y Servicios Generales, José Manuel Cruz Viadero. El edil socialista ha precisado que el proyecto, al que ha tenido acceso este periódico, ha sido puesto a disposición de los técnicos para que realicen el informe correspondiente y que la financiación de los trabajos se contemplará en los presupuestos municipales de 2022 y 2023. «El proceso de licitación se realizará en los próximos meses», ha señalado Cruz Viadero.

Siguiendo la recomendación de los técnicos municipales, el Ayuntamiento procedió a desalojar el viejo edificio que acogía la sede central de Servicios Sociales por sufrir importantes daños en su estructura, especialmente en la cubierta. El inmueble, propiedad municipal en su mayor parte, no superó el examen técnico al que son sometidas las edificaciones que tienen más de 50 años.

El alcalde, Javier López Estrada, precisó entonces que los números afectados son el 4, integrado por oficinas y viviendas municipales, y el 5, compuesto por viviendas municipales y privadas. En concreto, la medida de desalojo no afectó ni a la planta baja del edificio, en la que se encuentra el bar y la sede de la Peña Bolística, ni a la parte privada, compuesta por el Bar Torrelavega y las tres viviendas existentes en la parte superior.

Entre las viviendas municipales afectadas, solo dos estaban habitadas. Los inquilinos eran personas mayores con escasos recursos a las que se buscó alojamiento alternativo. En el caso de las oficinas, ocupadas por Servicios Sociales y la Oficina de Mediación, fueron trasladadas a la antigua sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) en la Avenida de España, dos plantas cuyo contrato de alquiler fue firmado por el regidor hace tres años.

López Estrada hizo hincapié en que no había riesgo de «colapso» de la estructura del inmueble y que el desalojo parcial del mismo se hacía «por seguridad y cautela». Una vez vaciado el edificio, se procedió a encargar la redacción del proyecto de «consolidación» de la estructura.

El informe de evaluación del edificio, redactado por un arquitecto contratado para la ocasión, valoró el estado del inmueble como desfavorable y advirtió de que su deterioro iva en aumento, con posible peligro de desprendimientos, por lo que fue vallado. Según el técnico, se incumplían las normas de seguridad, salubridad y ornato público. La parte municipal del inmueble presentaba numerosos problemas en la estructura, fachada y cubierta, con constantes goteras. Las labores de refuerzo y mantenimiento habituales resultaban insuficientes.

El proyecto de rehabilitación contempla el mantenimiento de la fachada y la eliminación de las buhardillas para cumplir con la normativa vigente. Se derribarán la mayor parte de los solados y la tabiquería, y la estructura de madera recibirá un tratamiento antixilófagos. También se prevé habilitar una cubierta nueva, de madera laminada y capa compresora. En el forjado de suelo de la tercera planta (bajocubierta) se reforzarán las vigas y pilares necesarios y se renovarán por completo las viguetas de madera. En los forjados de suelo de las dos primeras plantas se reforzarán vigas y pilares, y se extenderá una capa de hormigón para nivelar y asegurar la estructura.