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«No va a pasar nada. La ciudad va a funcionar exactamente igual». Con esas palabras, David Soler, el director de Proyectos de Doymo, la empresa encargada de diseñar la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en Torrelavega -y otros ayuntamientos de España-, ha tratado este ... martes de llamar a la tranquilidad de los vecinos y conductores más preocupados por esta medida, una superficie del centro urbano de la que, con vistas a mejorar la calidad del aire, quedarán vetados los vehículos considerados más contamianantes -aquellos sin etiqueta ambiental-. Su ponencia, pronunciada en el foro Besaya Futura de la Cadena SER en Torrelavega, en la sede de la Cámara de Comercio, ha sido un llamamiento a la tranquilidad, pero también una apelación directa a los beneficios de esta medida. «Tenemos que reflexionar sobre cómo queremos que sean nuestras calles. La calle no es un aparcamiento», ha opinado Soler, convencido de la dirección que tomarán las políticas de movilidad de aquí a los próximos años y del carácter regulatorio y no prohibitivo, dijo, de la ZBE. «Regular no es prohibir. No estamos prohibiendo nada», ha insistido en más de una ocasión, ante un público conformado por representantes políticos, sociales y del tejido comercial.
El director de Proyectos de Doymo ha apoyado esa posición sobre diferentes datos proyectados en diapositivas. Tráfico, porcentaje de coches afectados, revalorización de las zonas «pacificadas» -concepto este referido a la superficie de la ZBE-... Esa lista de números la preside un objetivo fundamental, ese que, para 2023, se propone «reducir un 23% las emisiones con respecto a 1990». La sociedad viene escuchando ese tipo de metas desde hace años. Tratanto de acercarlas al día a día, Soler las ha traducido a algo que, en suma, él llama «recuperar las calles». Es aquí a donde va la «movilidad del futuro», ha dicho, antes de distinguir esas avenidas por su limpieza o su seguridad. «Este es el camino; no el contrario», ha sintetizado. Cuando ha asociado ese potencial al bienestar del comercio, algunos de los asistentes -miembros de la oposición o el propio fundador de la plataforma 'Salvar Torrelavega de una ZBE Ruinosa', Ángel Herreros.
Herreros encarna a esa parte discordante con la ZBE que quiere implantar el Ayuntamiento, 200.000 metros aproximados de superficie delimitados por las calles José María de Pereda, Julián Ceballos, La Llama y Julián Urbina. Además de la tecnología y diferentes paneles informativos orientados a que ningún conductor no autorizado rebase esas líneas, el Ayuntamiento ha contratado ya la instalación de nueve cámaras de vigilancia por 745.000 euros.
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