La retirada de residuos de Sniace eleva el coste de la carretera Viveda-Duález en un millón

La nueva carretera Viveda-Duález no costará 7,2 millones sino, al menos, un millón más. El Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Fomento, ha confirmado este miércoles la existencia de diferentes desechos y residuos de Sniace en el tramo del futuro vial, restos que llevan en la zona «décadas» y que, según ha apuntado el jefe del departamento, Roberto Media, obligará a la Consejería a redactar un modificado del proyecto en las próximas semanas. El responsable de Fomento ha cifrado ese alza de precios en un millón; sin embargo, esta podría cambiar en función no sólo de la cantidad de restos hallados sino del vertedero al que el Ejecutivo los vaya a trasladar. Ese destino es uno de los deberes que la Consejería, de la mano de las direcciones de Obras Públicas y Medio Ambiente, tiene que «definir» de aquí a los próximos días, así como la fijación de una campaña de sondeos para conocer el alcance de la contaminación y cumplir el siguiente plazo sobre la mesa: abrir el tramo de la carretera a su paso por Sniace en noviembre.

«Ya se han hecho los primeros sondeos, ya se sabe qué material hay allí y, ahora, lo que hay que definir es a qué vertedero se lleva. Lo que está claro es que lo vamos a retirar», ha asegurado Media, durante una visita a Torrelavega acompañado por el alcalde, Javier López Estrada, el primer teniente de alcalde, José Luis Urraca así como algunos colegas populares en la ciudad –con el jefe de la oposición, Miguel Ángel Vargas, a la cabeza–.

No es la primera vez que la situación de unos terrenos relacionados con el nuevo vial de Viveda-Barreda llama la atención del Ejecutivo regional. Ha pasado medio año desde que, tras un comunicado de Ecologistas en Acción, el legado de Sniace en algunas fincas de la antigua fábrica de Sniace, al límite entre el barrio Duález y el de Riaño, pusieron en guarda a las instituciones y llevaron a la exconsejera de Obras Públicas, Jezabel Morán, a tomar cartas en el asunto y sondear los terrenos. Seis meses después de aquello, el Gobierno entrante corrobora esa tesis y cifra los trabajos para limpiar la zona en un millón de euros.

Estas tareas no parecen alterar demasiado las previsiones del Gobierno de Cantabria, pese a todo. El margen que Media y el alcalde, Javier López estrada, han subrayado este miércoles durante su encuentro ante la prensa –en el Bulevar Luciano Demetrio Herrero– tiene como límite «finales del año que viene».

Y el cumplimiento de ese plazo no es una cuestión baladí. La actuación ya es una demanda histórica por sí sola y tiene una importancia crucial para miles de conductores de la comarca, pero esta será aún mayor teniendo en cuenta los trastornos que traerá consigo la construcción del desvío de los trenes en el arco norte –a lo largo de 2024– y, por extensión, algunos accesos a la ciudad. El puente de Aspla hacia el barrio Pablo Garnica estará cerrado al tráfico durante al menos cuatro años, tantos como dure la obra del soterramiento y la vía auxiliar siga absorbiendo el flujo de convoyes.

Si el vial de Viveda-Duález está terminado a finales del año que viene, «caso perfectamente posible» según el alcalde, Torrelavega y los conductores de la comarca del Besaya se ahorrarán una odisea enorme cada vez que quieran entrar a la ciudad; si no, esa ruta, ya lastrada por los atascos a día de hoy, puede pasar a ser un incordio aún mayor –máxime teniendo en cuenta que, sin estación en el centro durante cuatro años, Adif establecerá un servicio de autobuses para trasladar a los pasajeros desde Barreda–.

Para evitar este despropósito, el próximo objetivo en la agenda del Gobierno pasa por iniciar las obras en el segundo tramo de la carretera –entre Duález y Ganzo–. Ese tramo del proyecto quedará respaldado por una partida presupuestaria el año que viene, como ha celebrado López Estrada.

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