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La retirada de residuos contaminantes en una finca de Sniace le va a salir muy cara a la Consejería de Fomento del Gobierno de Cantabria. Los trabajos, no previstos inicialmente, han disparado el coste de la variante de Barreda, obra que atraviesa la parcela ... y que dispara su presupuesto hasta los 8 millones, un 38% más. También se incrementa el plazo de ejecución de los trabajos en nueve meses, por lo que se espera que la nueva carretera Viveda-Duález, una de las grandes inversiones de la última década en la comarca del Besaya, no esté terminada hasta mayo de 2025.
El consejero, Roberto Media, ha firmado una resolución por la que se aprueba la modificación del proyecto, valorada en 2,2 millones, para limpiar la finca, tarea que se ha adjudicado a SIEC, la empresa que viene ejecutando las obras desde su inicio, en septiembre de 2022. Media recordó recientemente en una entrevista en la Cadena Ser que se encontró con el problema cuando accedió al cargo, en el verano de 2023, y que desde entonces ha habido que hacer los «estudios oportunos» para retirar los residuos. El consejero también destacó que está «casi terminada» la redacción del proyecto para concluir esta carretera con un segundo tramo, el que unirá Duález y Ganzo, para poder conectar el vial con la autovía (A-8) y el acceso al hospital comarcal de Sierrallana, una obra que espera ver terminada esta legislatura.
Ecologistas en Acción denunció el año pasado la posible presencia de un elemento químico muy contaminante (arsénico) en la referida parcela de la fábrica, que se encuentra cerrada y en proceso de liquidación. Según el colectivo, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) ha desestimado la ubicación en la finca de la estación depuradora de aguas residuales que sustituirá a la de Vuelta Ostrera, entre otras razones «por encontrarse el suelo y el agua subterránea contaminados con arsénico».
Según los ecologistas, si la CHC ha señalado que la finca supone un «riesgo inadmisible» para la salud de los trabajadores en el caso de que se hiciese la depuradora, «también lo será» en el de los operarios que están construyendo la carretera. Ante esta situación, lo pusieron en conocimiento del Seprona y las direcciones generales de Medio Ambiente y Obras Públicas.
Las obras del vial Viveda-Duález, adjudicadas inicialmente a la empresa SIEC en 5,8 millones, tienen como objetivo mejorar la movilidad en la comarca del Besaya, especialmente en la travesía del pueblo de Barreda, que sufre graves problemas de intensidad de tráfico y contaminación atmosférica. La historia de la Avenida de Solvay, la arteria principal que cruza la localidad de Barreda, está marcada desde hace más de medio siglo por las retenciones y la polución que genera el denso tráfico. Primero como carretera nacional (N-611) y después como travesía urbana, ha venido padeciendo un grave problema que ahora se pretende solucionar con la variante.
El proyecto define los trabajos del nuevo vial de acceso rodado y peatonal-ciclista entre Viveda y Duález, así como su conexión con la Avenida de Solvay a través del Puente de los Italianos, que también está siendo reformado. La carretera, que aprovecha en su mayor parte el trazado de un antiguo ferrocarril minero, tendrá una longitud de 1,5 kilómetros, a los que hay que unir los aproximadamente 900 que separan el barrio de Riaño y el enlace del Puente de los Italianos con la Avenida de Solvay, tramo que ya se encontraba urbanizado.
El contratiempo en esta importante obra se une a otros que han sufrido en los últimos meses proyectos de gran envergadura que se están ejecutando en la capital del Besaya, como los de construcción del gran centro cultural de La Lechera, el nuevo Hogar del Transeúnte o la Tecnoteca.
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