El retraso de dos años en las ayudas a las personas vulnerables ahonda en la crisis de Servicios Sociales

No sería la primera vez que la previsión de este departamento no se cumple, dicho sea de paso. La concejalía, dirigida ahora por el socialista Alberto Rubio y aquejada entre otras cosas por la falta de personal, viene de prometer la concesión del dinero entre «mayo y junio de 2023». Aquellas fueron palabras de su predecesora y hoy edil de Recursos Humanos y Sanidad, Laura Romano, que estuvo al frente del área durante la gestación de esta subvención.

Su reparto, 600 euros por beneficiario, sigue tramitándose en los despachos; entre tanto, los vecinos que la necesitan -solicitantes a los que, para concurrir, se les exigió presentar los recibos de luz o gas del periodo entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2021- siguen a la espera.

Ya hace cerca de un año, cuando dicha expectación pasaba a ser sospechosa y se tradujo a las críticas en el seno de la Corporación, la antigua titular del área aludía a los ritmos de la Administración para explicar este despropósito. Hoy, su sucesor menciona el trabajo «trabado» desde la pandemia, la «falta de personal» y las consecuencias de haber tenido hasta «tres jefes de servicio en los últimos años».

Hay un 'stock' de trabajo pendiente importante en Servicios Sociales. Para hacerse a la idea, el Ayuntamiento ha contratado a una persona 'ad hoc' para sacar todas esas tareas adelante. Entre esas tareas, el concejal sitúa la concesión de las prestaciones de Suministros, Libros y Comedor como grandes prioridades a culminar, entre finales de este año e inicios del siguiente.

El retraso que acumula esta subvención es uno de los asuntos por los que el PP de Torrelavega viene preguntando al alcalde y al equipo de gobierno en los últimos plenos municipales. Este fin de semana, corroborados estos dos años de demoras, sus responsables han estallado definitivamente. «Es vergonzoso que a estas alturas aún no hayan sido satisfechas esas ayudas, que se prevén para personas que necesitan hacer frente a las facturas mes a mes. Es incomprensible que no se hayan resuelto, ni evidentemente pagado, dos años después. La gente lo necesita con celeridad, no a dos años vista», clama la concejal popular Rosa Fernández, muy crítica con la «nefasta gestión política» de Servicios Sociales en el anterior mandato.

Porque llueve sobre mojado. Tras las elecciones municipales y la confección del gobierno de coalición (PRC-PSOE) en junio, Alberto Rubio se hizo cargo de una concejalía completamente cuestionada y señalada dentro y fuera de la Administración municipal. Ni siquiera la anterior edil, Romano, se desmarcó de esa reflexión interna en una entrevista en El Diario Montañés: «Siempre ha habido problemas internos ligados al personal».

Fue durante su ejercicio en ese departamento cuando muchos de estos cristalizaron como nunca, por endémicos que fueran. Las críticas a partir de entonces fueron muy duras, sobre todo en la segunda mitad de la legislatura y hasta la llegada de los pasados comicios municipales. Para hacerse una idea, hasta las ocho parroquias que forman el Arciprestazgo de la Virgen Grande reprocharon el mal estado de los Servicios Sociales de Torrelavega.

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