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El portavoz del colectivo vecinal de la zona de vinos, Bernabé Crespo, se asoma desde su terraza, esta semana, en el barrio San José. Luis Palomeque
«El ruido no nos deja dormir»

«El ruido no nos deja dormir»

Zona de vinos ·

Los afectados por el ocio nocturno en Torrelavega urgen medidas estrictas al Ayuntamiento para garantizar la convivencia y el respeto de las normas

Javier Gangoiti

Torrelavega

Sábado, 11 de junio 2022, 07:43

De jueves a domingo, no se acuesta antes de las «cuatro y media» de la madrugada. «El ruido no nos deja dormir. Aunque quisiera, es imposible. La música, las voces, las peleas...». Durante estos días, mientras la fiesta se celebra bajo sus pies en los bares y pubs de la zona de vinos, a Bernabé Crespo no le queda más remedio que hacer tiempo y adecuar su horario a la juerga de Torrelavega. Por mucho que llegue a casa a la una de la madrugada, le sigue dando tiempo a ver una película -o dos- y alargar como sea la hora de irse a dormir. No tiene otra opción. Por muchos tapones que utilicen, conciliar el sueño es «imposible» para él, su mujer, Susana, y hasta Yara, su perra, malacostumbrada también a una vida en común con la noche que, con suerte, llega a conceder tres horas de sueño entre semana: «Alguna vez me he quedado dormido en el sofá por el cansancio, pero la marea de gente acaba despertándome». Y su calle, el Trust, no es la peor.

Como una de las voces cantantes de la asociación de Afectados por el Ocio Nocturno de Torrelavega, Crespo encarna el hartazgo de los cerca de 80 vecinos del entorno cansados del «descontrol» y la «ausencia de normas». «Somos conscientes de que vivimos en la zona de vinos, pero aquí no se respeta nada. Los bares se ríen de nosotros, de la Policía... Es una situación insostenible», resume, antes de echar mano de su teléfono móvil y mostrar el enésimo vídeo de los puñetazos y hasta «navajazos» que se asestan a los pies de su portal. Ahí, junto a esa puerta, permanece pegado el bando que, desde hace una semana y en palabras del alcalde, Javier López Estrada, apela al civismo de los consumidores y al cumplimiento de la ley.

El Consistorio ya reforzó el entorno con más policías y la semana pasada avanzó nuevas medidas al objeto de asegurar la convivencia

De momento, ni ese ruego del Ayuntamiento ni el incremento de efectivos de la Policía Local y Nacional en la zona parecen ser suficientes para sosegar el temple de la fiesta ni complacer a los damnificados, dispersos por todo el corazón del barrio San José. Después de dos años de contención y una travesía por el desierto para el ocio nocturno por culpa de la pandemia, los residentes de la zona de vinos atraviesan ahora el «peor momento» que recuerdan. Bernabé lleva viviendo en esa casa desde hace 25 años, pero lo tiene claro. «¿Como ahora? Jamás», sostiene el torrelaveguense, comprensivo con las ganas acumuladas de contacto humano, la música y el ambiente en general, pero no con el goteo de ruidos y las molestias que se prolongan más allá del horario de cierre. Para entonces, puede que las persianas se bajen, pero ese ruido sordo de «voces, botellas y risas» sigue orquestando la banda sonora hasta poca horas antes de despertarse, a primera hora de la mañana.

Ese es precisamente uno de los problemas más identificados ya por la Concejalía de Seguridad Ciudadana. Su responsable, Pedro Pérez Noriega, viene tratando de articular una respuesta útil en las últimas semanas para garantizar la convivencia y el respeto de las normas. Ahí está el refuerzo de los medios de seguridad con agentes de la Policía Local y la Nacional y las nuevas acciones anunciadas en el bando distribuido puerta a puerta.

«Somos conscientes de que vivimos en la zona de vinos, pero aquí no se respeta nada. Los bares se ríen de nosotros»

Bernabé Crespo | Vecino del barrio San José

En ese documento, es López Estrada el que ha querido asumir la voz del Ayuntamiento. Y lo ha hecho para hacer hincapié en la normativa vigente, tanto la que atañe a los locales como a sus consumidores: para los negocios, la actividad se debe desarrollar con las puertas y ventanas siempre cerradas; en el caso de los clientes, queda terminantemente prohibido consumir bebidas alcohólicas en la vía pública -salvo en las terrazas autorizadas y en el horario establecido para ello-. Ni decir ya todo lo referido a ocasionar ruidos molestos en la calle durante altas horas de la noche. De lo contrario, «cualquier actividad singular o colectiva que conlleve una perturbación para el vecindario» será digna de una sanción por parte de las autoridades competentes.

Medio millar de firmas

Entre tanto, la plataforma ciudadana que forman Crespo y el resto de vecinos movilizados en defensa de su descanso trata de acelerar la traducción de estas palabras en soluciones reales a través de movilizaciones. Por lo pronto, él y otro medio centenar de afectados ya se concentraron ante el edificio municipal hace dos semanas para trasladar su descontento cara a cara ante los responsables que forman la coalición de gobierno.

«Hasta las cuatro y media de la madrugada no se puede descansar. Es imposible: la música, las voces, las peleas...»

Bernabé Crespo | Vecino del barrio San José

En coincidencia con el pleno municipal del mes de mayo, una veintena de ellos accedió a la sesión para entregar hasta un millar de firmas alineadas con la causa, una reivindicación que por otro lado también ha hecho suya el Partido Popular (PP) de Torrelavega. Su portavoz, Marta Fernández Teijeiro, viene reclamando al equipo de gobierno nuevas «fórmulas» para solventar la situación: «El Ayuntamiento les está fallando en algo tan fundamental como poder descansar tranquilamente y poder salir a la calle sin miedo».

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