

Secciones
Servicios
Destacamos
La «pesadilla en la cocina» que en los últimos dos años se ha vivido en el Hospital Comarcal Sierrallana llegará a su fin mañana cuando ... entre en funcionamiento el nuevo servicio con la empresa Mediterránea, después de dos años de quejas y denuncias con la hasta ahora adjudicataria Eurest. La consejera de Sanidad, María Luisa Real, anunció que el servicio se ha adjudicado a la nueva empresa –concesionaria del mismo servicio en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla– el pasado día 9, después de que el contrato hubiera que renovarse, y no rescindirse tal y como exigían los sindicatos y los trabajadores debido a los «reiterados» incumplimientos del mismo. En este sentido, la consejera de Sanidad reconoció que el contrato con Eurest no ha sido rescindido, sino que había que renovarlo y se ha decidido otorgar a una nueva empresa (Mediterránea).
María Luisa Real explicó que el Servicio Cántabro de Salud (SCS) ha adjudicado a esta nueva empresa el contrato de cocina y cafetería del Hospital Comarcal Sierrallana tras las continuas denuncias debido al servicio que ofrecía Eurest, la actual concesionaria. El relevo se producirá este viernes. Así lo anunció la consejera de Sanidad durante su comparecencia para presentar las cuentas de su departamento para 2019 en comisión parlamentaria, en la cual salieron a relucir las denuncias y deficiencias existentes en este servicio del hospital comarcal, que han protagonizado incluso hace unos días el programa de La Sexta '¿Te lo vas a comer?', de Alberto Chicote. Según señaló en sede parlamentaria, la nueva empresa, se hará cargo del servicio esta misma semana, cuando concluye el contrato de Eurest, que ha permanecido al frente del la cocina y la cafetería durante dos años. Asimismo, la nueva empresa ha resultado adjudicataria del servicio durante dos años, prorrogables, y el contrato tiene un presupuesto de 2,4 millones de euros.
El secretario de Sanidad de la Federación de Empleados de los Servicios Públicos de UGT en Cantabria, José María Fernández, mostró su malestar tras conocer las declaraciones de la consejera de Sanidad al considerar que «el Gobierno se apunta el tanto» cuando «el contrato no se ha llegado a rescindir sino que ha llegado el momento de renovarlo, a pesar de las continuas peticiones para que se rescindiera». José María Fernández trasladó el enfado de los trabajadores de los servicios de cocina y de cafetería de Sierrallana que consideran que desde que comenzó el conflicto con la dirección de la empresa (Eurest) «hemos sido muy respetuosos y pacientes con la Consejería, el Servicio Cántabro de Salud y la dirección del hospital y ahora parece que la solución ha llegado de manos de la consejera de Sanidad a la que no le ha quedado otro remedio que sacar a concurso el contrato porque había que renovarlo».
8 de marzo de 2017: La plantilla de Eurest convoca huelga indefinida por los «constantes incumplimientos» por parte de la compañía
6 de abril de 2017: Los trabajadores retoman las protesytas una semana después de alcanzar un acuerdo con la dirección.
18 de agosto de 2017: El sindicato UGT denuncia «faltas graves» en la cocina del hospital y en la distribución de las comidas.
6 de diciembre de 2017: Los trabajadores se encierran después de que un compañero fuese sancionado por la concesionaria (Eurest).
21 de febrero de 2017: La treintena de trabajadores de la cocina y la cafetería de Sierrallana dicen que la situación es «insostenible».
En cuanto a la llegada de una nueva empresa para hacerse cargo de los servicios de cocina y cafetería del hospital, los trabajadores muestran su satisfacción y recuerdan que los problemas con la anterior adjudicataria comenzaron desde el primer día hasta ahora «por los continuos incumplimientos del contrato». Las denuncias de los trabajadores se referían a la falta de mantenimiento de las instalaciones, a la escasez de personal por no cubrirse las sustituciones, al uso de utensilios y recipientes inadecuados y de material desechable para distribuir la comida y hasta «errores de bulto» en el servicio, como el de suministrar alimentos con sal a pacientes que no pueden consumirla.
En relación a la falta de mantenimiento de las instalaciones, subrayaron que ha sido continuo el hecho de electrodomésticos averiados o que no funcionan a pleno rendimiento, cámaras con pérdidas de agua en zonas con cables eléctricos y hasta llaves de luz rotas y parcheadas con cinta aislante.
Otra de las quejas se refiere a la distribución de la comida a los pacientes en recipientes inadecuados y con materiales desechables y ponían como ejemplo que «la comida se llevaba en unos bols y cuando se calienta desprendía una resina y un olor a petróleo inconfundible, tal y como se demostró en su momento al director gerente».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.