El Sindicato Médico exige la dimisión de la gerente del Hospital Sierrallana

El sindicato asegura que «la gota que ha colmado el vaso son las nuevas habitaciones para el personal médico de guardia, que solo se pueden clasificar como zulos, de 6,5 metros cuadrados, sin apenas ventilación y sin ventanas, en claro contraste con el área de administración, con despachos soleados de más de veinte metros cuadrados para los jefes (la propia gerente y los directores y subdirectores) donde desde hace meses las obras no paran». Critica el sindicato que «las prioridades» de Montenegro «empiezan y acaban por ella misma y su bienestar» –«Nada más llegar hizo señalizar y reservar una zona exclusiva de aparcamiento»–.

Tampoco sentó bien que se erigiera «en la protagonista absoluta de las celebraciones del 30 aniversario del hospital», hablando del 'espíritu Sierrallana', «algo que además de desconocer (no ha pertenecido ni trabajado nunca en él), se está empeñando en destruir». Pero lo más grave –denuncia– «es que en pleno relevo generacional, en medio de una crisis de falta de médicos sin precedentes, sus actuaciones están terminando con los dos principales atractivos de Sierrallana: el ambiente familiar y de equipo único, y las posibilidades de desarrollo profesional».

Entre sus actuaciones más cuestionadas cita el «desmantelamiento de la unidad de cuidados paliativos», la denegación de excedencias voluntarias y de exención de guardias en los mayores de 55 años y «el lío organizado con las comisiones de servicio».