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La Junta de Accionistas que Sniace celebró este martes en Madrid dejó dos evidencias claras. La primera, buena parte de los asistentes todavía tiene dudas acerca de la hoja de ruta de la organización, un rumbo que le ha empujado a la cuarta propuesta de ... ampliación de capital en otros tantos años. La segunda, tan sólo los principales propietarios, Sabino García Vallina y Félix Revuelta, cuentan con capacidad para determinar cuál será el futuro de la compañía en el corto y medio plazo. Más aún si, como se han comprometido, cubrirán la operación propuesta por 32,58 millones. Así las cosas, los dueños, mayoritarios y minoristas, dieron luz verde por práctica unanimidad a la sugerencia de recapitalización.
Una inyección para los próximos meses que ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se justificó en su momento por la necesidad de completar las inversiones pendientes derivadas de una puesta en marcha del complejo de Torrelavega más dificultosa de lo previsto, además de requerir de liquidez para afrontar los gastos vinculados al desarrollo urbanístico de sus terrenos excedentes. Ahora bien, este martes la presidenta, Gema Díaz Real, que se estrenó en Junta en su nuevo cargo tras más de 20 años con Blas Mezquita al frente de la cotizada, desgranó el destino de los millones que entren en las cuentas de Sniace. Como punto de partida, a inversiones sólo se dedicarán 12,2 millones; el resto irá a parar a obligaciones financieras, bien sea el pago de una deuda concursal cuyo calendario no hace excepciones (8,4 millones), o a enderezar los desequilibrios del fondo de maniobra y la necesidad de circulante (otros 12 millones de euros).
Díaz Real, en su discurso para hacer balance de situación del devenir del pasado ejercicio 2018, arrancó con una premisa clara, en la que fue abundando para responder a diversas preguntas de los accionistas. «Hay que mirar hacia adelante. Estamos comprometidos para hacer la fibra del futuro», anotó. Eso sí, consultada por la salida de Mezquita el pasado 30 de enero, defendió otra vez la teoría de la «dimisión por motivos personales», aunque en otro momento de la Junta admitió que se había llegado a la conclusión de que se necesitaba «otra manera de hacer las cosas». El portavoz de USO Justino Sánchez, que tildó de «calamitosa» la gestión del anterior dirigente, inquirió acerca de si se ha procedido a auditar la gestión anterior y se interesó por una potencial indemnización. La nueva presidenta reconoció que sí se está escrutando la etapa anterior, pero que «no se han encontrado desviaciones. Estamos tomando iniciativas diferentes a como se gestionaba antes», concedió la responsable.
En cuanto a la posible indemnización, Díaz Real rehusó dar cifras y sólo señaló que la suma venía recogida en el informe de retribuciones laborales. A los minoritarios se les ofreció la cifra de 125.000 euros antes de la cita en Madrid, aunque no se incluía en ese montante una compensación adicional por su labor como directivo.
El cónclave igualmente sirvió para conocer los últimos detalles de la evolución de Sniace. Y según su cúpula hay motivos para el optimismo. En palabras de Díaz Real, «indicios de que las cosas están mejorando». Como muestra, el botón de la calidad de la fibra, el principal hándicap con el que se está topando la cotizada para alcanzar de una vez la senda de los números negros al no llegar a los estándares mínimos exigidos por los clientes. En este sentido, noticias para la esperanza. Según informó, ya se ha obtenido la calidad necesaria en fibra higiénica e ignífuga. En el caso de la primera, el logro no es baladí, puesto que supone la base para el futuro producto de microcorte, un proyecto en el que la organización tiene puestas buena parte de sus esperanzas.
En relación a esta actuación, la corporación admitió que «es la prioridad para este año. Queremos que los equipos estén en fábrica a finales de 2019 y en el segundo trimestre de 2020 pueda estar funcionando», anotó la nueva mandataria, que igualmente presumió del camino recorrido en estos primeros meses de 2019 y resaltó que en marzo y abril el resultado de explotación ha sido positivo, en contraste con el balance remitido a la CNMV del primer trimestre, que volvía a arrojar unas pérdidas de 3,7 millones al no alcanzar los estándares mínimos de calidad en su fibra y por la parada técnica efectuada en el área de celulosa durante el mes de marzo.
Los dos principales accionistas de Sniace, Sabino García Vallina (a través de la ingeniería TSK), y Félix Revuelta, propietario de Naturhouse, reafirmaron su compromiso con el proyecto de Sniace e insistieron en cubrir la ampliación para que salga adelante.
A la conclusión de la Junta, Revuelta explicó a este periódico que «Sabino y yo nos hemos comprometido a seguir adelante y pondremos en la ampliación lo que sea necesario», comenzó.
«Creo que ahora hay un proyecto, unos objetivos. No se trata sólo de una apuesta económica, sino social, de solidaridad con la comarca. Por ello hay que seguir adelante», defendió, cuestionado por el estado actual de Sniace.
En relación al futuro desarrollo urbanístico, el empresario anotó que «el tema de los terrenos va a ser necesario venderlo porque todo lo que obtenga se va a volver a reinvertir en la compañía. Se tratará de poner bonito aquello y, a partir de ahí, ampliar la celulosa y más cosas», aseveró.
En todo caso, no quiso poner plazos a este escenario y de entrada optó por centrarse en la hoja de ruta actual. «Contamos con lo que tenemos, que es nuestra cuenta de resultados, que tiene que funcionar».
Por su lado, García Vallina, que ya durante la Junta reafirmó la apuesta por el proyecto industrial de Sniace, dijo que «la sociedad está alcanzando objetivos importantes para tener números negros lo antes posible», expresó el empresario.
¿Cuándo se llegará a ese punto? «Creo que si no es este año será en los primeros meses de 2020. La clave es que el complejo pueda funcionar al 100%, dijo.
De momento, el futuro de Sniace pasa por la voluntad de estos dos empresarios, que se han empeñado en sacar a Sniace de su crisis actual y llevarla a un futuro próximo de rentabilidad.
Los accionistas, cansados de seguir acudiendo a ampliaciones sin ver atisbos de mejora, igualmente inquirieron a la sociedad sobre cuándo se alcanzará el ansiado punto de equilibrio. A este respecto, el director general, Adolfo Corral, quiso poner un poco de luz entre tanta oscuridad. Como clave, la capacidad para elevar la producción del complejo al 100% para que los costes fijos se diluyan.
Según el alto cargo, «prevemos en el último trimestre de 2019» funcionar a plena capacidad, lo que debiera ser un buen punto de partida para revertir la tendencia actual y retornar al camino del beneficio.
¿Por qué hasta ahora no se ha podido funcionar a un mayor ritmo? En opinión de Corral, por la calidad de la viscosa. «Hemos contado con el apoyo de clientes estratégicos que nos han ayudado a desarrollar esta fibra».
Aún con todo, los asistentes preguntaron acerca del producto estocado en Torrelavega. Especialmente llamativo el caso de la fibra viscosa, con más de 2.500 toneladas en los almacenes –al ritmo actual de trabajo, más de un mes de actividad en la división de Viscocel– aguardando comprador. En cuanto al valor de esta producción, Corral explicó que «el 40% tendrá un precio por debajo del valor de mercado. El resto es un producto mejorado y entendemos que se podrá comercializar a un precio razonable».
«Hay que vender», completó Díaz Real en otro momento de la mañana. Ensalzó la labor comercial que se está efectuando y resaltó actuaciones innovadoras como el viaje a Miami para participar en unas de las principales ferias sectoriales a nivel mundial.
El Consejo sacó adelante todos los puntos del orden del día, incluido el rechazo al cese del consejero Miguel Gómez de Liaño, propuesto por el portavoz de los minoritarios, Carlos Dueñas. Fue suficiente con que los máximos accionistas del Consejo se opusieran, aunque también acompañaron miembros del comité de empresa de UGT desplazados hasta la capital.
Dueñas, como voz de la asociación de minoristas, también se dirigió a los presentes para tender la mano y promover una colaboración constructiva, aunque exigió más información y transparencia para con el accionista. Ese tono no le valió para que la cúpula le aceptara como nuevo consejero, pues la propuesta también fue rechazada.
Las operaciones urbanísticas en que anda inmersa Sniace también salieron a relucir durante la Junta. En este sentido, Gema Díaz Real rehuyó dar una tasación del suelo que le sobra a la organización, algo que se lo están calculando expertos del sector, avanzó. En todo caso, volvió a subrayar que «tenemos 700.000 m2, de los cuales ocupamos hoy en día 200.000. ¿El objetivo? «Deshacernos de los edificios en desuso y rentabilizar activos».
De momento, Sniace ha pactado con el Gobierno de Cantabria la inclusión de 100.000 m2 de su propiedad en un Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR), en principio el de Las Excavadas, lo que agilizará la llegada de otras industrias a las inmediaciones. Según recordó la presidenta, ya se negocia con empresas interesadas.
Díaz Real también tuvo que salir a responder a las críticas en relación al planteamiento de la ampliación, con un valor nominal de los nuevos títulos de 10 céntimos cuando la cotización actual no alcanza los ocho. «La empresa tiene un valor superior a su cotización actual. Vamos a aumentar el valor de la acción», zanjó.
Igualmente fue cuestionada sobre su compromiso con el proyecto. «Sí voy a ir a la ampliación de capital», manifestó la nueva mandataria.
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