El tanatorio de Río Cabo instala cámaras de frío ante un posible repunte de los fallecidos

El tanatorio municipal de Torrelavega, que atiende a un tercio de la población de Cantabria, estuvo próximo a la saturación en la primera oleada de contagios, especialmente en marzo y abril, dado que el servicio de crematorio es utilizado también por otras funerarias de la región y tiene mucha demanda.

Al ser preguntada por la situación actual, la empresa dice que se centra en las medidas preventivas: «Aunque actualmente no se está siendo necesario ningún medio de soporte extraordinario, dentro del plan de contingencia se han previsto e instalado infraestructuras de soporte en los diferentes centros para, en caso necesario, poder asegurar la continuidad y la calidad de un servicio fundamental». «En todo momento -añade la compañía-, Albia ha seguido reforzando y adaptando los protocolos de seguridad y los recursos para proporcionar el mejor servicio a las familias y apoyar al máximo a las autoridades sanitarias en caso de emergencia sanitaria».

El entonces alcalde en funciones, José Manuel Cruz Viadero, autorizó a la empresa el pasado 24 de agosto a instalar cámaras adicionales de frío para equipamiento auxiliar en el exterior del edificio, con el fin de «cumplir la normativa vigente y garantizar, en todo momento, la prestación y desarrollo del servicio funerario». Albia registró la solicitud el 22 de julio, dejando claro que lo hacía por «la situación creada por el covid-19 y ante un eventual repunte de los fallecidos».

El tanatorio-crematorio de Torrelavega, inaugurado en 2010, es un edificio de dos mil metros cuadrados situado junto al cementerio municipal de Río Cabo. Cuenta con cinco velatorios, dos vestíbulos, cafetería, cocina, capilla, sala-crematorio, sala de despedida, aseos y garaje. La gestión fue concedida a la empresa Albia por un periodo de 32 años, prorrogable hasta 40. El Ayuntamiento contrató a una empresa de control de calidad para que se encargase de supervisar el desarrollo de los trabajos, que supusieron una inversión de 2,4 millones de euros. La empresa concesionaria debe pagar al Consistorio un canon anual de 38.000 euros, cantidad que se revisa cada ejercicio. El Consistorio ostenta la titularidad, correspondiendo a Albia la gestión y la proyección de la imagen municipal en los servicios realizados.