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Los terrenos de la antigua fábrica Papelera del Besaya, ubicados dentro del complejo industrial de Sniace, saldrán a subasta pública por valor de 1,8 millones de euros. Se trata de unos 15.389 metros cuadrados repartidos en tres fincas, pero formando un lote ... único. Estas fincas se encuentran libres de cargas y gravámenes y están al corriente del pago del IBI.
El precio que los interesados puedan ofertar será libre, si bien la Administración concursal podrá no aceptar las ofertas que se realicen por precio inferior a 904.880 euros.
La empresa cerró en 2011 tras desplomarse el techo de la nave principal. El espectacular suceso no causó víctimas, pero dejó en la calle al centenar de trabajadores de la compañía, situada en el recinto fabril de Sniace. Ocho años después y tras algunos intentos fallidos por recuperar la actividad, el proyecto de derribo que presentaron a principios de 2019 los administradores concursales de la empresa en el Ayuntamiento de Torrelavega, y que contó con un presupuesto de 248.660 euros comenzó hasta dejar libres los terrenos.
El desmantelamiento de Papelera del Besaya se llevó a cabo de forma mecánica, mediante el empleo de una retroexcavadora con brazo de largo alcance, entre otras máquinas.
Parte de la cubierta de la nave principal de la fábrica de papel -unos 900 metros cuadrados- se vino abajo en torno a la una y media de la tarde del 18 de febrero de 2011. El desprendimiento, que no causó heridos, afectó a la máquina principal, valorada en 20 millones de euros, y la actividad quedó parada. La plantilla llevaba varios años intentando sacar a flote una compañía hundida por las deudas. El derrumbe parcial de la cubierta se achacó a la fatiga de los materiales. Alrededor de una veintena de trabajadores se encontraba en ese momento dentro de la nave, aunque nadie resultó herido porque se estaba efectuando el cambio de turno.
El Gobierno de Cantabria, entonces único accionista de la compañía, aprobó su liquidación dos meses después e inició un largo plan de recolocación de los trabajadores que apenas tuvo éxito. Ocho años después del cierre de la fábrica, Papelera del Besaya figuraba entre las empresas cántabras que más dinero debían a la Agencia Tributaria (1,1 millones). La instalación principal era el edificio de la fábrica que albergaba la maquinaria de la elaboración de papel, aunque también había otras dependencias como el laboratorio, oficinas, vestuarios, aseos, comedor... repartido en dos plantas.
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