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La asociación Nueva Vida, una Organización sin Ánimo de Lucro (ONG) perteneciente a la Iglesia Evangélica y volcada desde hace dos décadas en el cuidado de las personas y la reducción de la desigualdad, se ha hecho con el contrato de gestión del nuevo ... centro de acogida de Torrelavega, también conocido como el Hogar del Transeúnte. Nueva Vida se impone así a otra ONG, Cruz Roja, y la multinacional Eulen, las otras dos aspirantes que presentaron sus ofertas en un procedimiento negociado y sin publicidad para optar al jugoso contrato de gestión de estas instalaciones, valorado en 566.083 euros.
Si la adjudicataria no pone objeciones y presenta la documentación en las próximas horas, se convertirá oficialmente en la firma encargada de los primeros años de vida de este inmueble orientado a la atención de las personas sin hogar, dando relevo así a las monjas franciscanas que, durante treinta años (1985-2019) y en otro edificio ubicado en esa finca -el Hogar del Transeúnte original-, se dedicaron a combatir el sinhogarismo en la capital del Besaya. En estos últimos tres años, esa misma tarea la viene prestando Cruz Roja.
Las monjas ejercieron esa labor durante más de tres décadas, desde 1985; y Cruz Roja les dio relevo en 2020, mediante un contrato de colaboración -y mucho trabajo conjunto- con el Ayuntamiento de Torrelavega. Este trato llegará a su fin tras la entrada en juego de Nueva Vida, la primera entidad que tomará las riendas del flamante centro de acogida. Será así durante al menos dos años -más otros dos de posible prórroga-, como establece el pliego de condiciones tramitado desde el Consistorio. El objetivo de este y la razón de ser de este edificio coinciden: cubrir la necesidad de pernocta, desayuno y atención lo más individualizada posible de los más necesitados, esto es, las personas que viven en la calle y no tienen a donde ir.
El problema del sinhogarismo es difícil de cuantificar en un papel porque quienes lo padecen, a veces, se resisten a volver al sistema o aceptar más ayuda de la imprescindible, terminando así como una silueta invisible ante el conjunto de la sociedad. Aún todo, los balances de Cruz Roja, donde vienen volcándose con programas de integración y ayuda en los últimos cuatro años, son muy demostrativos de la delicada situación que atraviesa muchísima gente. El dato salía en las páginas de este periódico hace un año, en un reportaje hablando precisamente de este tema: Cruz Roja cerró el año 2023 con 430 personas sin hogar atendidas en Torrelavega, un número que prácticamente dobla el registro de su primer curso en la capital del Besaya (232).
Ayudar a estas personas es la misión que le ha sido encomendada con este contrato a la asociación Nueva Vida. Esta pondrá en funcionamiento el Hogar del Transeúnte y, con él, un edificio de cinco plantas y treinta plazas de capacidad equipado con centro cívico, albergue, zonas de alojamiento temporal, cocina, lavandería, salón y comedor, entre otras dotaciones para atender a las personas que más lo necesitan.
La ONG, con dos décadas de experiencia en el sector, se hará cargo del centro al menos durante dos años
Tras la marcha de la comunidad franciscana, la atención del sinhogarismo la ha prestado Cruz Roja
El municipio quiere cubrir la necesidad de pernocta, desayuno y atención de los más necesitados
Mientras tanto, el Consistorio sigue trabajando al mismo tiempo para equipar el nuevo inmueble al 100%, de cara a su inauguración el año que viene y lo antes posible -tras muchos meses de retraso y plazos incumplidos-. Para muestra, la reciente salida a concurso de otro contrato: el de la instalación y montaje del equipamiento y los suministros de cocina necesarios para la actividad rutinaria del edificio.
Es difícil estimar cuándo echará a andar exactamente el nuevo centro de acogida, sobre todo después de tantos problemas en la obra, la adjudicación de la gestión -que quedó desierta la primera vez-, las declaraciones y los retrasos en general. Es el paradigma de las obras gafadas en Torrelavega. Han pasado tres años desde que su construcción fue adjudicada, en 2021 y por 1,7 millones; y casi un año y medio, desde que el Consistorio y la empresa, Ascán, acordaron rescindir este acuerdo. Las tareas se tuvieron que licitar otra vez, siendo adjudicadas por 2,1 millones. Todo esto, que supera por mucho todos los plazos y costes previstos, tendrían una parte 'buena': no se perdieron los 826.759 euros de fondos europeos que se captaron para el proyecto.
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