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Luz verde a una de las obras más importantes de la legislatura y de los últimos años. El Ayuntamiento de Torrelavega ha realizado este viernes la propuesta de adjudicación para transformar La Lechera en un gran centro cultural, en el marco de la segunda fase de la rehabilitación que se está llevando a cabo en colaboración con el Gobierno de Cantabria. La constructora SIEC, que presentó una oferta de 11,6 por la ejecución de la obra, se ha impuesto a otras siete ofertas de las principales empresas del sector y ya es -a falta de la presentación de algunos papeles- la ganadora de este concurso público, el más importante en la historia del Ayuntamiento. Jamás se ha adjudicado una obra tan cara en la historia de la Administración torrelaveguense. La empresa local, dirigida por Juan de Miguel, se hará cargo así de toda la metamorfosis cultural de la antigua azucarera, dividida en dos fases. La primera, adjudicada por otros 4,3 millones de euros, continúa en marcha y repensando algunas de las naves del recinto ferial para crear un museo de arte contemporáneo.
Con permiso de esos más de cuatro millones y la construcción del primer gran museo de Torrelavega, la segunda fase de La Lechera es, por el dinero y por su importancia para la escena cultural de Torrelavega, la parte más importante de toda este lavado de cara orientado a la cultura.
Esta parte de la rehabilitación afecta a 5.475 metros cuadrados del centenario complejo, una superficie cuya división está contemplada de la siguiente forma en este proyecto: la mayor parte (3.650) estará formada por el área formativa de las escuelas de circo y teatro físico, teatro y danza, música y escuela de artes así como una enfocada al ámbito audiovisual; el resto (1.825), estará destinado a una zona de usos comunes (espacios polivalentes, biblioteca-fonoteca, sala de profesores, enfermería...), así como un vestíbulo que entrelazará todos los espacios. Además, esta es la actuación crucial y que más van a agradecer la escuelas de arte de Torrelavega, hoy en día dispersas en sedes insuficientes, cuando no precarias.
Con esta propuesta de adjudicación, el Consistorio logra encarrilar al fin una licitación que se le viene atragantando desde hace meses. Hoy, el Ayuntamiento vuelve prácticamente a la misma casilla en la que tropezó hace seis meses, en una primer intento para encargar esta misma obra y que terminó con la renuncia de la empresa adjudicataria. No se presentaron más candidatas, de modo que el Ayuntamiento se vio obligado a declarar desierto el procedimiento, retrasar todos los plazos y poniendo en riesgo la captación de los 2,2 millones de fondos externos que financian esta obra.
Esta es una de las claves de los tiempos y los plazos relacionados con La Lechera. Hay un dineral en subvenciones en juego. La razón es que el plazo de ejecución de las obras, de 16 meses, supera por completo las expectativas de acabar los trabajos antes de marzo de 2026. Problema: esa es la condición que impone el ‘pagador’ de esta subvención, en este caso el Programa de Impulso a la Rehabilitación de Edificios Públicos de entidades locales –del Gobierno central–.
Este viernes, los políticos no han reparado en esta cuestión. En el comunicado del Ayuntamiento para anunciar este paso, el alcalde, Javier López Estrada, y el concejal de Obras, José Luis Urraca, celebraron la importancia de esta actuación, tanto por su inversión como por lo que supondrá, dicen, «a la hora de posicionarse dentro de la ruta museística de Cantabria y recuperar este Bien de Interés Cultural de Carácter Industrial (BIC) que es La Lechera».
Unas horas antes, el partido Torrelavega Sí, ha lanzado un comunicado sobre el recinto ferial, aunque aportando una idea novedosa a esta conversación. Según creen, el espacio que ocupan las piezas del Museo de la Industria y el aparcamiento de camiones deberían ser «acondicionados» para que «la imagen del lugar sea todo lo atractiva que deseamos» y que la nueva Lechera no sea «un mero espacio de tránsito cultural».
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