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Lunes, 18 de noviembre 2024, 14:18
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El Ayuntamiento de Torrelavega ha hecho efectivo este lunes el trámite que ya avanzó El Diario Montañés hace semanas alrededor de los restos inertes de Sniace: la demolición de la histórica caldera de la fábrica, cerrada desde 2020. Tras recibir -y más tarde descartar- una primera solicitud basada en medios explosivos, , el Consistorio ha autorizado ya la destrucción de este emblemático edificio por métodos tradicionales, esto es, puramente mecánicos. Estas labores serán ejecutadas por una empresa especialista, Veaco Works, y por encargo de los liquidadores de la factoría.
La intervención consistirá en una demolición parcial, centrada exclusivamente en la envolvente de la parte diáfana del edificio, lo que permitirá acceder y desmantelar y achatarrar la caldera «de forma segura», como informó ayer el Ayuntamiento de Torrelavega en un comunicado. En él, además, el Consistorio asegura que la entidad promotora de los trabajos no tiene constancia de que la caldera contenga elementos o materiales con amianto. Así se recoge en el proyecto; aún así, el plan de demolición sí contempla una serie de medidas a adoptar ante la presencia de cualquier elemento cuya naturaleza sea dudosa -o directamente peligrosa-, durante las inspecciones previas a la demolición.
El Ayuntamiento insiste en las garantías de la actuación. También el alcalde, Javier López Estrada, satisfecho con un método de desmantelamiento que, como enfatiza, «garantiza no sólo la seguridad de los vecinos sino también el respeto al medio ambiente». Según añade, esta autorización por parte del Ayuntamiento representa «un ejemplo más de cómo cuidamos nuestro entorno mientras impulsamos nuestro crecimiento industrial».
Según queda establecido en la documentación, las obras se efectuarán reduciendo al mínimo las molestias a transeúntes y vecinos, prohibiendo arrojar, en cualquier clase de obra, los escombros directamente a la vía pública, a patios comunes o propios, o a espacios próximos a fincas colindantes desde lo alto, así como emplear canales y toldos en las fachadas. Además, los materiales procedentes de derribo o de cualquier clase de obra se transportarán en vehículos convenientemente dispuestos para evitar el desprendimiento de escombros y polvo en el trayecto. Una vez realizado el derribo, se deberá proceder al desescombro, limpieza y vallado del solar resultante. El adiós a la caldera de Sniace también es un paso muy importante porque viene a consolidar el fin definitivo de los restos inertes de la fábrica y, con ello, de una etapa histórica en Torrelavega. La demolición es el principio de un nuevo futuro, como ha querido dejar claro López Estrada, aunque sin mencionar el proyecto de hidrógeno verde que, en primavera del año pasado, fue anunciado por la Administración y las empresas RIC Energy y Copsesa. «Este proyecto representa un avance en la recuperación de un espacio emblemático para nuestra industria alineado con el compromiso de modernizar nuestras infraestructuras y crear nuevas oportunidades para el desarrollo económico de la región. Seguimos trabajando por una Torrelavega más sostenible, innovadora y preparada para afrontar los retos del futuro».
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