Torrelavega cede a Cantur la finca del parque acuático de Sierrallana

A partir de ahora, el Gobierno de Cantabria es el que rinde cuentas y maneja los plazos. Las decisiones sobre la gestión de la instalación, la redacción del proyecto, las obras... El Consistorio entiende que la delegación de estas responsabilidades a la Administración regional es un movimiento positivo para la tramitación exitosa del proyecto, los vecinos del entorno y los usuarios que hagan uso del complejo en los próximos años.

El traspaso sigue a la aprobación del Informe de Impacto Ambiental del plan por parte de la Dirección General de Biodiversidad, Medio Ambiente y Cambio Climático a finales del año pasado. Ya entonces el documento promovido por el Ayuntamiento pasó el 'examen' del departamento autonómico, en cuyas conclusiones ya señaló que el proyecto «previsiblemente no producirá efectos adversos significativos», siempre que se incorporen «los condicionantes ambientales, el programa de vigilancia incluidos en el informe» y «aquellas condiciones articuladas por otras administraciones competentes».

Entre tanto, la oposición se muestra suspicaz y, en algunos casos, se hace eco de algunas informaciones que apuntan a un presunto sobrecoste para los ciudadanos. Esa es una de las afirmaciones que ha sostenido esta semana el exconcejal de Urbanismo, José Otto Oyarbide: «El Parque Acuático del Paleolítico nos ha costado 270.917 euros», declaró, antes de asegurar que el complejo «será explotado por una empresa privada, pese a no contar con estudio de viabilidad».

El proyecto consiste en la construcción de unas instalaciones deportivas y de ocio orientadas a completar la oferta turística autonómica relacionada con el disfrute del entorno natural. Inspirado en las cuevas de arte rupestre del Paleolítico, el espacio se ubicará en un entorno natural con arroyos, montañas rocosas, vegetación, lagos y cascadas de agua. Por último, el parque temático contará con dos zonas principales diferenciadas: una destinada a piscinas y otra a cañones y barranquismo.