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Refuerzo clave al blindaje de la seguridad y el control de ruidos que, desde hace meses, exigen los residentes de la zona de vinos, el ... corazón del ocio nocturno en Torrelavega. La Concejalía de Seguridad del Ayuntamiento ha colocado cámaras de vigilancia en cuatro puntos del centro y que integran el acceso a todo ese entorno, dispositivos que proporcionan imágenes en directo al departamento, aumentan la capacidad de reacción de las fuerzas de seguridad y que se suman tanto a los tres sonómetros ambientales colocados a finales de 2022 como al adelanto de cierre que, de forma pionera en Cantabria, impuso el Consistorio a medio centenar de bares y discotecas, el pasado enero y de la mano de la Dirección General de Interior. El aumento de la vigilancia servirá no sólo para controlar el tráfico, cometido principal que integra este movimiento coordinado junto a la Dirección General de Tráfico (DGT), sino para «mejorar la seguridad» en cualquier ámbito, como avanza el concejal responsable del área, el regionalista Pedro Pérez Noriega.
Torrelavega suma ojos en cuatro ubicaciones, las que dan entrada al corazón de la fiesta en la ciudad: el cruce entre la calle Goya con Augusto González Linares, a un paso de la plaza Baldomero Iglesias;Pintor Modinos, en la parte alta de la zona de vinos;y en las confluencias de Julián Ceballos tanto con Serafín Escalante como con la calle Consolación. Altercados y ruidos al margen, este refuerzo a la vigilancia proporcionará una información muy valiosa a los agentes en términos de tráfico. Lectura de matrículas, información clave en caso de persecución y hasta un control exhaustivo del acceso de todos los vehículos con y sin etiqueta ambiental, cuando se implanten las futuras zonas de bajas emisiones –para la cuál han pedido una moratoria prácticamente todos los ayuntamientos afectados–.
El blindaje de la zona sigue a una recta final de curso político marcada por las protestas de algunos residentes, hartos de los ruidos que genera la juerga en la ciudad y lo que consideran un incumplimiento flagrante de las normas en algunos –no todos– locales de ocio nocturno. «Es imposible descansar», le han resumido en reiteradas ocasiones al Ayuntamiento los miembros de la plataforma de Afectados por el Ocio Nocturno.
El recorte horario –de domingo a lunes, de lunes a martes, de martes a miércoles y de miércoles a jueves– al que se acogió el Consistorio y afectó a 48 negocios hace cuatro meses se puso en marcha para garantizar el descanso de estos residentes. Aquel 10 de enero, en medio de una sonadísima polémica que movilizó a los hosteleros de toda Cantabria hasta los tribunales, empezó a correr un plazo de seis meses que, si el Ayuntamiento cree oportuno, se podrá prorrogar.
Entre tanto, las medidas para mitigar todas esas molestias siguen en vigor y, de hecho, como estas cámaras, se suceden. En estos momentos, la Policía Local de Torrelavega se dispone a incorporar sonómetros portátiles precisamente para rebajar el volumen de la fiesta. La formación de estos útiles comenzará en las próximas semanas.
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Ana del Castillo
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