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Las imágenes hablaban por sí solas hace unas semanas y el balance del Ayuntamiento lo corrobora. Los vecinos de Torrelavega se volcaron con la entrega de 15.000 plantas de tomate realizada en Campuzano. Hasta tres mil personas acudieron para llevarse no uno sino varios ejemplares -un máximo de cinco- y dar sabor a su huerta, gracias a esta iniciativa coordinada de la mano de la asociación Simientes Infinitas y en el marco del Plan de Sostenibilidad Turística -del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado con fondos Next Generation-. Pero hay más: mientras maduran esas plantas de distintas variedades, este colectivo sigue trabajando en la elaboración de una variedad de tomate de Torrelavega, un proyecto con vistas a dar frutos dentro de algunos años. Entre tanto, Torrelavega avanza las características de esa y otras cientos de variedades en el Festival del Tomate de Cantabria, cuya cuarta edición se celebrará los días 30 y 31 de agosto y 1 de septiembre en el Parque Manuel Barquín.
El Ayuntamiento viene asociando la figura del tomate a esta cita estival, un evento que, como viene recordando el concejal de Dinamización, Jesús Sánchez, así como los integrantes de Simientes Infinitas, Guy Ferrier y Santiago Palazuelos, ya es un «referente» dentro del sector. El proyecto de Simientes Infinitas, impulsado por unos vecinos volcado en garantizar la supervivencia de las especies -y sabores- autóctonos- y descubrir la «diferencia de sabor» con los tomates producidos industrialmente, es parte fundamental de esta rama de colaboración que inició el Consistorio hace unos años. Los vecinos de Torrelavega responden a la llamada con el reparto de plantas; y los de toda Cantabria y diferentes partes de España hacen lo propio con esta feria, orientada a «intercambiar diferentes variedades de cultivo para garantizar su supervivencia».
La cita viene demostrando ser un evento importante en los últimos años. No en vano, en ella se dan cita cerca de un centenar de productores y hasta un millar de variedades de tomate, procedentes de diferentes rincones del mundo, tiñendo de verde, naranja y, sobre todo, rojo todo el parque Manuel Barquín. Esa pujanza contrastada del tomate, su valor nutricional y la calidad que derrocha en toda la geografía de Cantabria es una de las ideas centrales a las que vienen aludiendo los responsables municipales desde su creación.
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