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Los ecos de las fiestas de La Patrona todavía no se han apagado varias semanas después de su finalización. A los elogios por la elevada participación, le siguieron las críticas de los vecinos que residen junto al recinto ferial, en el barrio de El ... Zapatón, porque esta vez el ruido apenas les dejó dormir. Tanto es así que el presidente de la asociación vecinal del distrito, Sergio Martínez, anunció posibles movilizaciones y exigió de nuevo el traslado del recinto ferial a la gran explanada exterior del Mercado Nacional de Ganados.
La respuesta del Ayuntamiento no se ha hecho esperar. «No es viable», asegura la concejala de Festejos, Patricia Portilla, a la vez que explica por qué: «Habría que suspender tres mercadillos semanales y otras tantas ferias ganaderas». Además, en el Consistorio tienen dudas de que el centenar de atracciones que se viene instalando en El Zapatón en las últimas décadas pueda tener cabida en la ubicación reclamada. «Hay que tener en cuenta los pasillos, las distancias de seguridad, etc.», apunta Portilla.
La edil reconoce que le ha dado «muchas vueltas» a eso de «pensar en otro lado» para el recinto ferial y, de momento, no encuentra alternativa. Además, tiene claro que las atracciones quedan «heridas de muerte» cuando se las traslada al extrarradio de las ciudades: «Aquí tuvimos la experiencia de La Lechera y en Santander, la de la Virgen del Mar».
Portilla dice ser consciente del problema que supuso este año el ruido generado por la megafonía de las atracciones, algunos días hasta la madrugada, lo que provocó numerosas llamadas de los residentes a la Policía Local, y hace hincapié en que están buscando una solución: «Nos estamos poniendo en contacto con empresas para que nos proporcionen un sistema para el año que viene que nos permita controlar desde el Ayuntamiento tanto los horarios como el volumen del sonido. Eso sí es viable porque sabemos que ya funciona en otros recintos feriales».
El «fallo» de esta edición de las fiestas pudo estar en la contratación por parte del Consistorio de un nuevo técnico de sonido, desconocedor del funcionamiento del recinto de El Zapatón, donde «muchos feriantes compiten por hacerse oír ante la presencia diaria de miles de visitantes».
Otra meta que le gustaría alcanzar a Portilla, aunque todavía está «muy verde», es la de poner en marcha un sistema que permita fijar con exactitud el número de participantes en los eventos y los flujos de gente que se registran en los conciertos, el propio recinto ferial o el mercadillo medieval, por poner algunos ejemplos. «Queremos saber el poder de convocatoria real que tiene La Patrona», afirma la concejala, que calificó de nuevo este año a las fiestas de la Virgen Grande como «las mejores de Cantabria».
Otra amenaza que se cierne sobre las ferias en El Zapatón, de la que casi nunca se habla, es el proyecto de reforma integral del parque Manuel Barquín, dado que muchas atracciones se instalan en torno a él. El plan, anunciado hace varios años y todavía pendiente de ejecución, contempla el acondicionamiento de viales, entre otros cambios, lo que obligaría a renunciar a parte de la magia y la ilusión del recinto ferial. En la edición de este año se volvieron a colocar cerca de un centenar de puestos, casetas y atracciones: churrerías, vino dulce, espectáculos y atracciones para mayores y pequeños, pistas de coches, heladerías, bares, tómbolas, baratijas, bingos, hamburgueserías, puestos de globos...
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