Torrelavega ya dispone de su primer plan de gestión de las zonas verdes de la ciudad

Los técnicos apuestan por definir espacios que mitiguen el cambio climático y tengan en cuenta a la ciudadanía, haciéndola partícipe y entendiendo sus necesidades. En concreto, diseñan el modelo de ciudad que se pretende alcanzar a través de unos objetivos y un conjunto de acciones y medidas a emprender para incrementar el valor patrimonial de Torrelavega mediante su trama verde. También realizan un diagnóstico en base a las tipologías de espacios actuales y definen un conjunto de directrices en el ámbito de la planificación, diseño y ejecución de nuevas zonas verdes, la conservación y mantenimiento de las existentes, así como su protección, uso y gestión. Por último, establecen un conjunto de instrumentos y herramientas de planificación y gestión, con las que el Consistorio debe contar para posibilitar una adecuada administración de las zonas verdes y el arbolado.

El concejal del área, José Luis Urraca, recuerda que el equipo redactor está compuesto por un grupo multidisciplinar de profesionales que redactó previamente el plan de La Coruña y ahora propone una serie de actuaciones que dotan al Ayuntamiento de Torrelavega de herramientas de gestión y planificación para los próximos 10 años. Urraca destaca que en paralelo se trabaja para contratar un estudio de implantación de nuevo arbolado en el municipio. También espera cubrir en breve la plaza de técnico de Infraestructura Verde, aprobada a finales de la pasada legislatura.

El edil socialista destaca la filosofía del plan que se acaba de redactar: «La trama verde ha ido adquiriendo unas dimensiones que podemos definir como estratégicas y estructurales en la planificación de las ciudades. Este valor se refrenda en la Estrategia Europea de Infraestructura Verde, en la que se reconoce de manera clara la importancia que tienen las zonas verdes urbanas como generadoras de beneficios para la salud, habitabilidad y desarrollo de las urbes y los ciudadanos». Urraca hace hincapié en que esta visión crea un nuevo escenario en el que «la importancia de las zonas verdes no se centra ya tanto en su valor ornamental y dotacional, sino en su valor ecosistémico». «Las directrices de planificación, diseño, conservación y gestión -añade- deben estar orientadas a potenciar y fomentar los beneficios que genera el arbolado y la vegetación sobre la salud del ecosistema urbano».

La elaboración del plan partió de un diagnóstico del estado de conservación de los espacios existentes, según el cual el 69% de los parques presenta un estado bueno. Esa cifra se eleva hasta el 85% en el caso de los viarios. Un 20% de los árboles presenta un mal estado, debido, principalmente, a podas severas por su proximidad a la calzada o edificios.

En los nuevos desarrollos urbanos deberá primar la infraestructura verde, integrando la misma en el diseño en armonía con el resto de la ciudad y su entorno. También se impulsará la creación de corredores verdes y ejes arbolados de unión entre distintos espacios. Igualmente, se procurará aprovechar desniveles o formaciones rocosas naturales, empleando la mayor variedad de especies vegetales, priorizando las autóctonas.

En cuanto al arbolado y planta arbustiva, el plan propone medidas en función de los tipos de espacio existentes. En los parques primará el arbolado de calidad y gran tamaño. También se actuará en parques infantiles, plazas, paseos, viarios, zonas deportivas, rotondas, medianas, jardines y parterres. El uso de césped se reducirá, priorizando las plantas tapizantes y rastreras que requieran bajo mantenimiento.