Torrelavega ejecutará «este año» la consolidación estructural del edificio desalojado de Baldomero Iglesias

Las goteras son constantes y las labores de refuerzo y mantenimiento que se venían haciendo en años anteriores no son suficientes. Hay que intervenir toda esa parte municipal del edificio, que presenta problemas en la estructura, fachada y cubierta. El proyecto de rehabilitación que desempolva ahora el Ayuntamiento contempla la solución definitiva a estas taras desde hace años: desde la construcción de una nueva cubierta, de madera laminada y capa compresora; el forjado del suelo en la tercera planta, con capa de hormigón para nivelar y asegurar la estructura en las dos primeras plantas; hasta el refuerzo de las vigas y pilares necesarios para renovar las viguetas de madera.

Todo se llevará a cabo de puertas hacia adentro. Eliminación de las buhardillas, derribo de la mayor parte de los solados y tabiquería, aplicación de un tratamiento antixilófagos para proteger la estructura de madera de los insectos... Será una reforma interior. La fachada se mantendrá, atendiendo así a la protección que merece en la catalogación urbanística de este edificio –con nivel 2 de protección–.

Y todo sin saber para qué se usará el edificio tras esta rehabilitación. Tiene mucho pasado, pero su futuro sigue estando en el aire. Sede del propio Ayuntamiento de Torrelavega entre 1855 y 1926 –justo antes de que el Consistorio le comprara su Palacio a Luciano Demetrio Herrero–, este bloque histórico en pleno centro de Torrelavega cobijó la sede central de los Servicios Sociales –hoy en la Avenida de España– hasta que, por orden de los técnicos, el Ayuntamiento procedió decidió desalojarlo. El inmueble, propiedad municipal en su mayor parte, no superó el examen técnico al que son sometidas las edificaciones que tienen más de 50 años.

Aquella medida nunca llegó a afectar de forma drástica ni a la planta baja del edificio, en la que se encuentra el bar y la sede de la Peña Bolística, ni a la parte privada, compuesta por el Bar Torrelavega y las tres viviendas existentes en la parte superior. Una parte de esas afecciones cambiará cuando empiecen las tareas, según avanzan desde la Concejalía: las tareas de rehabilitación así tendrán un impacto en toda la parte municipal del inmueble: tanto al bar como a la Peña Bolística. Este martes, Obras no ha precisado más el alcance de esas alteraciones.

Tampoco su destino, aparentemente una incógnita o, como poco, asunto de debate. Este martes, Urraca centró su rueda de prensa en la necesidad de la intervención para preservar el edificio», del que destacó su «importante valor histórico», pero, en la pasada legislatura, el Consistorio asoció el futuro del edificio a un museo del hojaldre –financiado con el Plan de Sostenibilidad Turística–. «De momento vamos a dejar el edificio bien y seguro», ha zanjado Urraca.