Torrelavega fracasa en su intento de erradicar el chabolismo en Sierrapando
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Queda desierta, por sexta vez, la licitación de la compra de una vivienda alternativa para la familia afectadaSierrapando no tiene suerte con su parque público, ubicado en el corazón el pueblo, entre la zona comercial y la plaza de La Llana. Los vecinos lucharon primero para que se hiciese y ahora, más de una década después, dicen que no pueden disfrutar ... de él por un problema de chabolismo. El intento del Ayuntamiento de comprar una vivienda alternativa para la familia afectada parece estancado, después de quedar desierta la licitación en seis ocasiones, la última el pasado verano.
«En esta ocasión se presentó una oferta, pero tuvimos que rechazarla porque la vivienda no tenía calefacción y se incumplía el pliego de condiciones del contrato», señala el concejal de Hacienda, Pedro Pérez Noriega. «Eso sí -explica-, mantenemos la partida presupuestaria porque seguimos teniendo la necesidad de albergar a esa familia». Pérez Noriega reconoce que en la última licitación informaron también a las agencias inmobiliarias, pero «seguimos esperando una oportunidad». A su juicio, el fallo no está en el precio (60.000 euros), porque el Ayuntamiento adquirió recientemente viviendas de menor cuantía para un destino similar. «La clave podría estar en flexibilizar aún más los requisitos», concluye.
Iván Martínez, concejal de ACPT y expresidente de la Asociación de Vecinos Ara del Dobra, de Sierrapando, es más contundente: «Lo han intentado seis veces y han fracasado. Imagínate el invierno que está pasando esa familia y el desánimo de los vecinos por no poder disfrutar del parque por el problema de chabolismo». Según Martínez, está claro que «nadie quiere tener cerca» a esa familia, de etnia gitana, y lo que tendría que haber hecho el Consistorio «desde el minuto uno» es «enfocar la solución a través de Servicios Sociales».
La AA VV registró en el Consistorio 1.286 firmas de vecinos que pedían en 2011 la construcción del parque público. El presidente, Eladio Gutiérrez, decía entonces que el pueblo tenía «verdadera necesidad» de contar con un «pulmón verde», tras muchos años de expansión urbanística y comercial. Los vecinos pedían al Ayuntamiento que desestimase la construcción de un vial, previsto en el planeamiento urbanístico, con el fin de unir dos parcelas para habilitar la zona verde. Ya entonces protestaban por la presencia de la referida familia, que reside en una casa cedida por la Parroquia de Sierrapando y una chabola.
La movilización popular tuvo éxito y a mediados de 2015 concluyeron las obras para habilitar la zona verde, de más de 3.000 metros cuadrados. El proyecto, que supuso una inversión de 50.000 euros, vertebró las referidas dos parcelas, que estaban en desuso y quedaron enlazadas por un camino peatonal. Además, se eliminó el muro de mampostería que separaba ambos espacios, colocándose bancos, puntos de luz, una fuente, setos, árboles y papeleras. El resultado final de la obra no gustó a muchos vecinos, pero el mayor problema surgió después. «No quiere ir nadie al parque mientras estén los gitanos. La convivencia resulta difícil. Ya ni siquiera se hacen allí las fiestas», explicaba el presidente de la AA VV.
La quinta licitación para adquirir una vivienda alternativa a la familia afectada parecía la definitiva, pero no fue así. Era una casa unifamiliar de dos plantas, situada en La Valleja, también en Sierrapando. Un inmueble que vendía su propietaria a través de una inmobiliaria. Cuando la operación estaba a punto de cerrarse en 60.000 euros, se movilizaron los vecinos del entorno por considerar que lo único que se conseguiría es trasladar el problema de convivencia de un barrio a otro. Finalmente, el Ayuntamiento dio marcha atrás.
En la sexta y última licitación, la del pasado verano, los requisitos eran similares a las de las anteriores: vivienda de al menos 70 metros cuadrados y precio de 60.000 euros, negociable. Además, debe estar en condiciones de habitabilidad y contar con agua caliente y calefacción.
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