Torrelavega tiene más de 991.000 metros cuadrados de zonas degradadas

Concretamente, la documentación previa elaborada por el Consistorio para acceder a la subvención enmarcada en la Estrategia de Recuperación de Áreas Degradadas ERAD2020 contempla como área degradada más importante la zona del Río Besaya, dada la presencia de especies invasoras -sobre todo nutria japónica y plumero- y los vertidos fabriles.

A ésta se suman otras zonas degradadas por la presencia de plumeros como las vías de comunicación de Torrelavega -la A8, la A67, las vías de Renfe y Feve-, las instalaciones del punto limpio en Campuzano, los alrededores de Sniace, los campos de Santa Ana, en Tanos, y los alrededores del polígono industrial Tanos-Viérnoles. En estas zonas se han identificado 55 áreas que suman 40 hectáreas.

Además, se han incorporado a este estudio cerca de 20 hectáreas de antiguos depósitos mineros con suelos contaminados como consecuencia de la actividad de la mina de Reocín, así como vertederos y escombreras del municipio.

En general, los motivos que han motivado la inclusión de estas áreas en el proyecto son la degradación de los paisajes, la presencia de especies invasoras, los sedimentos contaminados, las instalaciones abandonadas, las escombreras y vertederos y los suelos contaminados.

Estos datos han sido dados a conocer este martes en rueda de prensa por el concejal de Medio Ambiente, José Luis Urraca, quien ha destacado su satisfacción por que Torrelavega sea uno de los cuatro ayuntamientos que ha conseguido el importe máximo (12.000 euros) al que se podía acceder mediante la subvención del Gobierno regional, que repartirá 180.000 euros entre 35 entidades locales.

En cuanto a las zonas degradadas dentro del casco urbano «más señaladas», Urraca ha mencionado el área de Pista Río, la contigua a la Residencia San José entre Sierrapando y Tanos y una finca situada junto al Barrio Covadonga.

Una vez concedidos los 12.000 euros, el edil ha explicado que ahora el Consistorio deberá realizar una ficha con los motivos de la degradación de cada área, su documentación cartográfica y las medidas corruptoras, además de otorgar un orden de prioridad e importancia para poder optar en el futuro a ayudas europeas y de la comunidad, que conllevarán la contratación de personal y materiales, ha dicho.

Además, ha determinado tres pasos a seguir, comenzando en primer lugar por realizar un mapa de las zonas afectadas, a continuación establecer un orden de prioridades a nivel regional y municipal para establecer la estrategia de recuperación y, por último, conseguir que las actuaciones que se lleven a cabo «no sean inconexas ni flor de un día», sino que tengan un mantenimiento.