Torrelavega prevé desarrollar Mies de Vega con la construcción de 800 nuevas viviendas

Mies de Vega está situada entre el caso urbano y los barrios de Covadonga y Paseo del Niño, tiene numerosos propietarios y cuenta con algunos edificios en altura en los bordes y casas rurales y chalés en el interior de la mies, junto con restos de alguna explotación agropecuaria y viejos talleres. Las expectativas creadas al principio superaron la realidad y parte de su población, cansada de esperar el desarrollo urbanístico prometido, ha terminado por emigrar. Por eso su número de habitantes se ha ido reduciendo paulatinamente de los 867 que tenía en 1991 a los 592 actuales.

Los vecinos del barrio solo representan el 1,1% de la población de Torrelavega y apenas hay inmigrantes extranjeros (2,4%). Son tres habitantes por kilómetro cuadrado y la tasa de envejecimiento es muy alta. Todo a pesar de ser una zona bien equipada de dotaciones escolares -sobran plazas porque se pensaron para una población mayor- y deportivas. Incluso tiene una iglesia, aunque no está abierta al culto.

El nuevo planeamiento urbanístico del municipio, que sustituirá al que entró en vigor en 1985 y ha sido redactado por las arquitectas Carmen Andrés y Llanos Masiá, valora ante todo la posición estratégica de Mies de Vega en el contexto de la ciudad consolidada, en el cruce que forman dos de los viarios de mayor entidad (Bulevar Ronda y Paseo Julio Hauzeur), así como su cercanía al parque fluvial y, a la vez, el valor agrológico de sus tierras.

La ordenación configura como espacio libre público representativo una franja de terreno junto al parque del Besaya, creando una continuidad desde esa zona verde hacia la ciudad, que se prolonga conformando huertos urbanos que recogen las señas de identidad del lugar y evocan los usos originales. También se establecen condiciones vinculantes de viario que garanticen su integración con los tejidos colindantes y se dan medidas de localización preferente para los usos terciarios sobre los ejes viarios estructurantes, manteniendo alguno de los caminos rurales existentes.

Finalmente, se apuesta por la tipología de edificación abierta en atención a potenciar la intervisibilidad hacia el río desde la ciudad y desde éste hacia el interior. Con el fin de garantizar la seguridad de los sectores frente a los riesgos de inundabilidad, se prevé la continuación de la escollera existente en la ribera del Besaya, desde el Barrio Covadonga hasta el campo de fútbol de El Malecón.

En el nuevo planeamiento se han delimitado 14 sectores de suelo urbanizable. Entre los cinco residenciales que refuerzan el modelo de crecimiento de la ciudad y sus barrios, se encuentran los tres de Mies de Vega (40 viviendas por hectárea). El denominado A, de 62.273 metros cuadrados de superficie, está situado en el entorno de la iglesia y en su ordenación se deberá reservar un espacio para el mantenimiento de huertas, como seña de identidad que evoque los usos que se dan en la actualidad.

Con carácter general la localización de los sistemas locales de equipamientos y espacios libres públicos deberá ligarse a los viarios estructurantes del sector. Dichos viarios se consideran vinculantes, admitiendo los ajustes necesarios para optimizar su funcionalidad. Se deberá integrar en la ordenación los viarios existentes, facilitando especialmente la continuidad de la calle José Pedraja, que comunica el sector con la Avenida de Oviedo. Los usos terciarios se deberán situar preferentemente vinculados al Bulevar Ronda y las edificaciones de mayor altura se dispondrán relacionadas también con la ronda de circunvalación y la calle Carlos Pondal.

El sector B, el más amplio (77.215 metros cuadrados), se sitúa próximo al Barrio Covadonga y también en su caso la ordenación deberá reservar un espacio para el mantenimiento de huertas y los sistemas locales tendrán que ligarse a los viarios estructurantes. Hay algunos que se consideran vinculantes, admitiendo los ajustes necesarios para optimizar su funcionalidad, y se deberá dar continuidad a los viales que entroncan con el barrio hasta la Avenida del Besaya. Los usuarios terciarios tendrán que situarse preferentemente vinculados al Bulevar Ronda.

El tercer sector, el C, tiene una superficie de 20.644 metros cuadrados y se ubica entre el Colegio Mies de Vega y el Barrio Covadonga. Además del mantenimiento de huertas, el planeamiento prevé integrar este espacio con las instalaciones deportivas existentes, configurando una pieza singular que se funda con el parque del río. Las dotaciones locales, tanto destinadas a equipamientos como a espacios libres, se podrán ubicar en este espacio siempre que no requieran edificaciones. Los edificios residenciales responderán a tipologías abiertas, que favorezcan la permeabilidad visual hacia la ribera del Besaya.

En el Plan General se han delimitado también ocho sectores residenciales cuya ordenación se remite a la redacción de planes parciales, instrumentos que deberán contemplar diferentes alternativas de ordenación y la correspondiente evaluación ambiental. Dos de ellos corresponden a Mies de Vega, suman una superficie de 41.000 metros cuadrados y vienen a ocupar el vacío que queda sin desarrollar urbanísticamente entre el Paseo Julio Hauzeur y la calle Carlos Pondal. Las redactoras del planeamiento indican que dicho paseo es uno de los viarios de primer orden de la ciudad, que se prolonga hasta la Avenida de Oviedo; uno de los ejes urbanos por excelencia, cuyo frente tiene un carácter netamente urbano, mientras que la zona sur se encuentra parcialmente consolidada con promociones residenciales de gran altura, viviendas entre medianeras y casonas aisladas, algunas con valores patrimoniales reseñables. «Las dos calles conforman una pastilla de carácter urbano que es necesario fragmentar en manzanas», señalan las arquitectas Carmen Andrés y Llanos Masiá. En este suelo urbano, no consolidado, también se prevé la construcción de 40 viviendas por hectárea.

El Plan General remite el desarrollo de estos sectores residenciales a la redacción de un plan parcial, estableciendo no obstante determinaciones vinculantes para llevarlo a cabo. Se ha considerado en estos casos la idoneidad de no dar la ordenación finalista, entendiendo que existen circunstancias en el sector o bien en el entorno que aconsejan que sea en el momento que se vaya a incorporar al proceso urbano cuando se acometa la ordenación. Estos ámbitos no cuentan con esa ordenación en el Plan General que está siendo revisado.