Torrelavega quiere sumar más de 1.300 plazas de aparcamiento en cinco años

Lo lejos que queda ese rincón administrativo a día de hoy es uno de los temas candentes para el conjunto de conductores que hacen vida en Torrelavega. ¿Cuándo se acabarán las vueltas por el centro? ¿Cuándo se podrá aparcar en La Carmencita? ¿Y en la estación bajo tierra de Feve? La magnitud del problema de aparcamiento en el municipio es de sobra conocida entre los vecinos. La llegada de cada uno de los eslabones que conforman su posible solución no tanto.

Por eso, conviene escalonar cada proyecto y explicar todo en orden, de la primera a la última zona de estacionamiento contemplada para sumar esas más de 1.300 plazas en espera a partir de la próxima legislatura.

Hoy por hoy, el plan que arroja más optimismo en lo que a plazos se refiere es el del Mercado Nacional de Ganados, el primer aparcamiento en altura de Torrelavega. Financiado íntegramente por el Gobierno de Cantabria, el proyecto consiste en levantar un edificio de cuatro plantas: la primera, destinada a las dependencias del servicio municipal de limpieza viaria; las otras tres plantas, para habilitar unas 240 plazas de estacionamiento nuevas. Esa primera dosis de oxígeno para el tráfico debería ser una realidad «el año que viene» a tenor de las esperanzas del Ayuntamiento, que ya ha dejado el plan en manos de Obras Públicas para que salga a licitación por unos 4,1 millones de euros.

Pero si hay un plan reservado para acoger tantos vehículos como sea posible ese es el de La Carmencita. Sus más de 525 plazas lo convierten en la apuesta de aparcamiento más ambiciosa del equipo de gobierno en los próximos años. Para «finales de 2023 o inicios de 2024», los coches que entren en la capital del Besaya -por el norte, por ejemplo- podrán elegir entre dar vueltas por el centro o terminar disuadidos por este nuevo gigante, un aparcamiento en superficie de planta baja y otras tres en altura en pleno barrio de la Inmobiliaria. Valorado en otros 4,5 millones, el espacio será financiado en una parte por el Ejecutivo regional, con 775.000 euros. Al igual que el anterior, este proyecto conforma la parte de las aspiraciones que el Consistorio puede controlar. A partir de aquí, las fechas bailan mucho más.

Que esos problemas excedan el margen de maniobra del Ayuntamiento no significa que no se circunscriban al perímetro de la ciudad. Para muestra, toda la polémica en la que se ha visto envuelta la posible construcción, por parte de una empresa, de una zona subterránea en El Zapatón. Su aportación de 204 plazas genera no sólo dudas dentro y fuera del núcleo de gobierno, sino también protestas y miedos a las grietas entre los vecinos. La forma en que se resuelva este choque de opiniones condicionará toda la obra del subsuelo, que ya está valorada en cerca de 3,8 millones. «Podría llegar en 2023, pero no depende de nosotros», reconocen en la coalición, a la que ayer ya se dirigió la Asamblea Ciudadana Por Torrelavega (ACPT): «Afectaría a muchas de las construcciones del entorno».

Otro emplazamiento que viene revelando el desencuentro de la Administración local con los particulares es el Barrio Covadonga. El aparcamiento que quiere construir aquí el Consistorio, de 250 plazas y 1,5 millones, no consigue superar la tramitación previa por las lagunas de un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que no termina de ver la luz. Preguntado por esta zona de estacionamiento, el equipo municipal se propone llegar a 2025, pero la situación es incierta.

Dentro de esa irresolución, el último proyecto que espera ver la luz arroja, al menos, algo más de optimismo dentro del Ayuntamiento: el aparcamiento subterráneo de Feve en el marco del soterramiento. Valorado en 14,4 millones financiados por el Ministerio, la Consejería de Obras Públicas y el Consistorio -al 50, 30 y 20%- este nuevo espacio bajo tierra ofrecerá otras 117 plazas de aparcamiento a los conductores que se acerquen a Torrelavega a partir de «2027», si los plazos de la vía auxiliar no dan sorpresas.