Torrelavega rechaza pagar a los antiguos dueños de La Carmencita y fía el litigio al desarrollo de Coteríos

El Ayuntamiento de Torrelavega mantiene una posición firme con respecto al conflicto que mantiene con Terrenos de Adarzo, la empresa que fuera propietaria de la finca de La Carmencita y por cuya venta al Consistorio, en 2003, obtuvo aprovechamientos urbanísticos en la zona de Coteríos que más de veinte años después aún no ha podido materializar. El nulo desarrollo de estos planes en estos últimos veintidós años y la ausencia de una contraprestación para esta firma desde entonces ha llevado a la compañía a presentar una nueva demanda contra la Administración municipal, exigiendo así el pago del precio de unos terrenos, los de La Carmencita, que hace más de dos décadas fueron tasados en 3,8 millones de euros –y ese cálculo sería mayor presumiblemente a día de hoy–. Pero el Consistorio se resiste a pagar ese dinero y se ciñe a lo fijado en ese convenio hace seis legislaturas, en tiempos de Francisco Javier López Marcano como alcalde. Este martes, en un Pleno fundamental para fijar posición de manera oficial en relación a este asunto, la mayoría de los grupos acordó rechazar el pago a los antiguos propietarios de La Carmencita e hipotecar este conflicto ya judicializado al desarrollo de Coteríos.

El desarrollo urbanístico de esta zona, ubicada entre el campus universitario y Tanos, no ha visto una excavadora en estos más de veinte años y sigue en fase embrionaria; sin embargo, y aunque el asunto vuelve a los juzgados, el equipo de gobierno (PRC-PSOE) asegura que no hay ninguna novedad que modifique la situación jurídica de este desencuentro y rechaza el pago de estas cantidades. «Cuando los propietarios se pongan de acuerdo todo cambiará. Esperemos que comience pronto y esta empresa pueda ver sus frutos», ha declarado la concejala de Urbanismo y Movilidad, Jezabel Tazón, en un punto del orden del día dedicado exclusivamente a responder a los dos escritos planteados –hace más de dos años– por Terrenos de Adarzo.

El Pleno acuerda desestimar así la petición de esta entidad, haciéndose fuerte en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria que, ya en 2016 –tras la primera denuncia de la empresa–, falló a favor del Ayuntamiento en este sentido, rechazando también las exigencias de la promotora inmobiliaria. «No hay ninguna novedad que modifique la situación jurídica y los derechos de la empresa con este convenio», ha apoyado el portavoz socialista, José Luis Urraca.

En la oposición únicamente el concejal popular Miguel Remón entró a valorar el fondo del asunto, lamentando la «lentitud» con que se ha contestado a la compañía y la «inseguridad jurídica» que puede llegar a plantear este asunto en el futuro. El posicionamiento ha sido aprobado gracias a los 13 votos favorables del PRC (6) –sin Pedro Pérez Noriega en la sesión–, el PSOE (6) y el de IU-Podemos (1); por su parte, tanto el PP (7), Torrelavega Sí (1) –sin Arturo Roiz– como Vox (2) decidieron abstenerse.

Otro asunto aprobado en la sesión ordinaria es el de los sueldos de la coalición (PRC-PSOE), un reajuste que redundará en una subida del gasto total de 23.887 euros anuales y que, tras las críticas por parte de la oposición al PSOE –el único grupo con todos los ediles con dedicación–, ha llevado a Urraca ha manifestarse así: «En este grupo no ha subido un euro; es más, se baja uno», defendió, antes de tildar de «mentiras» las acusaciones de Borja Peláez (IU-Podemos). Esa dedicación –parcial y total– de todos los socialistas es algo que también le ha recordado el líder de la oposición, Miguel Ángel Vargas (PP). «También son equipo de gobierno para esto», ha declarado, en alusiones al PRC y a la «falta de debate y justificación» que ha precedido a este cambio.

El regionalista Jesús Sánchez tampoco ha tardado en defenderse, alegando que «lo que quiere la gente es que se haga bien el trabajo». Sus palabras no han convencido a Roberto García Corona (Vox), que ha calificado el reajuste de «excesivo», ni a Gómez Morante, que ha ironizado con el oportunismo de la medida en una ciudad que, reproduciendo al alcalde en su balance de legislatura hace una semana, está en la mejor situación de las últimas décadas. «Para reír y no parar». Al final esta se ha abstenido. Sería la única. Salvo PRC y PSOE, el resto de grupos ha rechazado el reajuste.

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