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El Plan de Sostenibilidad Turística de Torrelavega incluye entre una veintena de proyectos el denominado 'Recuperación del patrimonio perdido'. Con él se pretende levantar de nuevo el desaparecido monumento a Adolfo Ruiz de Rebolledo, que impulsó la primera traída de aguas a la ciudad en ... los primeros años del siglo XX.
Este personaje ilustre de Torrelavega recibió el reconocimiento público de sus convecinos con la construcción de una fuente artística sobre la que colocaron un busto del homenajeado, conjunto que se instaló en la Avenida del Cantábrico, hoy Avenida Menéndez Pelayo. El monumento se inauguró en 1907, un año después de la muerte de Ruiz de Rebolledo. Allí permaneció varias décadas hasta que el conjunto desapareció del lugar.
El concejal de Desarrollo Local, Jesús Sánchez, confirma la intención del Consistorio de recuperar ese patrimonio perdido, basándose en la información de la que dispone el Archivo municipal, pero aún no se ha decidido el futuro emplazamiento. En cualquier caso, será «un lugar céntrico de la ciudad».
José Antonio González Casares, exredactor jefe de este periódico, recordaba en un artículo publicado en 2015 que Ruiz de Rebolledo fue el primer personaje al que los torrelaveguenses costearon la construcción de un monumento. Este oftalmólogo de profesión trabajó durante décadas para dotar a Torrelavega de una traída de aguas y paliar así los graves problemas de salubridad que padecía la población.
Finalizada la obra, el entonces alcalde, Ramón Fernández-Hontoria, conde de Torreanaz, propuso hacerle el homenaje en un lugar céntrico. La fuente presidida por el busto fue obra de Aniceto Marianas, que fue director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Tras la desaparición del monumento, décadas después, el busto se guardó en almacenes municipales y después se ubicó en el parque Manuel Barquín, de donde también se retiró en 1995 para construir el auditorio municipal y «nunca se volvió a saber del mismo», según señala González Casares.
Rebolledo era natural de Tanos y fue un personaje ilustrado. Siempre inquieto y deseoso de incrementar sus conocimientos, viajó a París y Berlín. Cuando regresó a Torrelavega para ejercer su profesión, lo hizo con gran éxito. No tardó en sobresalir en su deseo de dotar a la ciudad de «aguas abundantes». Las buscó primero en las laderas del monte Dobra y después en el de Ibio, hallándolas finalmente en el paraje de San Cipriano. El doctor falleció en 1906, pero le dio tiempo a beber el agua de aquella primera red de suministro.
Pablo del Río Gatóo, investigador de la historia local, destacaba en una tribuna publicada por El Diario Montañés en 1994, el gesto que había tenido 40 años antes el entonces alcalde, Rafael Gutiérrez Velarde, sacando de nuevo a la luz el busto de bronce de Ruiz de Rebolledo, olvidado en unos almacenes municipales. El regidor le instaló en el parque municipal, pero la escultura permaneció allí poco tiempo «por haber sido derribada». El busto volvió a desaparecer y esta vez «para siempre», convirtiéndose así en una misteriosa historia para los torrelaveguenses.
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