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Renfe sufrió este lunes la enésima avería en uno de sus trenes y los viajeros mostraron de nuevo su hartazgo por las continuas interrupciones en el servicio. El maquinista detuvo el convoy en la estación de ancho métrico de Torrelavega, sobre las 16.05 horas, ... por problemas de refrigeración en el motor (diésel). Salía mucho humo y decidió pararlo para evitar que el fallo mecánico se incrementase. Los usuarios afectados, un total de doce, bajaron al andén y continuaron viaje en otro tren, esta vez eléctrico, hasta Cabezón de la Sal y después siguieron viaje en autobús hasta la localidad asturiana de Llanes.
Fuentes de la compañía ferroviaria restaron importancia a lo que calificaron como una incidencia puntual. «El problema se ha solventado sin más y a los viajeros se les ha ofrecido, como siempre, un transporte alternativo hasta llegar a destino. Ni siquiera se ha tenido que utilizar un extintor», indicaron.
Teresa Rábado es clienta habitual del servicio y presenció la escena cuando iba a coger otro convoy en sentido contrario: «Estaba esperando para ir a Santander cuando llegó este tren echando mucho humo. Se bajó todo el mundo, desde los de seguridad hasta el maquinista, y allí se quedó parado. Los viajeros se bajaron con normalidad. Están acostumbrados a que esto ocurra».
«Este es el cuento de nunca acabar –explica–. Yo llevo muchos años cogiendo el tren y me ha tocado de todo, bajar a las vías, coger un taxi... Ahora intento salir antes para llegar al trabajo. Soy una sufridora habitual. Cualquier día nos vamos a sentar en las vías para protestar».
Javier Polanco, uno de los portavoces de la Mesa de Movilidad del Besaya, hace hincapié en que los trenes con motores diésel deberían estar retirados de la circulación desde hace tiempo. «Los problemas, las averías, se van a incrementar porque ya tienen 40 años y su vida útil era de 25 a 30. Además, la línea ya debería estar electrificada al 100% y seguimos contaminando», afirma.
La red ferroviaria también fue noticia negativa el pasado sábado por otra avería. Un tren que cubría el trayecto Santander-Madrid permaceció más de cuatro horas parado en Palencia, como consecuencia de un fallo mecánico en otro convoy que iba en dirección contraria y tuvo que ser remolcado. Una viajera, Asun Viota, dijo que salieron de la capital cántabra a las dos de la tarde y dos horas y cuarto después el tren se detuvo a la altura de Palencia «sin que nos informaran de nada».
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